December 30, 2016, 4:00 am
Por José Rogelio Casarreal López
Ciudad de México (Aunam). El cielo está gris, tal vez sea reflejo de la mala o regular calidad del aire que, según el Sistema de Monitoreo Atmosférico de la Ciudad de México ha azotado las últimas semanas a la urbe capitalina. No obstante, muchos ciclistas ayudan a prevenir la contaminación, al ocupar la bicicleta como forma de transporte, en el que exponen su salud a costa de menos tráfico y una ciudad más limpia.
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Paseo de la Reforma, la avenida más importante de la ciudad, como muchos citadinos la consideran, con sus 14.7 kms de largo, ha evolucionado: el gobierno de la Ciudad de México, el 14 de diciembre de 2010, inauguró una ciclovía para que los usuarios de bicicleta puedan convivir con los automovilistas de una forma más segura.
Sobre el pavimento que está afuera del Bosque de Chapultepec, en Paseo de la Reforma, un carril pintado de verde resalta en la vialidad: es exclusivo para autobuses y bicicletas. Algunos usuarios del vehículo de dos ruedas utilizan casco para protegerse y otros como Gerardo, un ciclista de barba rubia y bicicleta negra, van con “la bendición de Dios”. Utilizan esta vía con seguridad a pesar de que sus compañeros de vialidad, los automovilistas, con sus 60 kilómetros por hora, en ocasiones llegan a violentarlos.
El ruido del motor de los carros presiona a los ciclistas, sin embargo, éstos últimos, sin intimidarse ante el vehículo que los persigue, decididos y sin miedo, aplican la disposición que el Reglamento de Tránsito Metropolitano establece en el artículo 11: “Los ciclistas tienen preferencia ante los automóviles”, por lo que circulan en Reforma con libertad.
Los automóviles y la contaminación ambiental
Diariamente, alrededor de 5.5 millones de automóviles circulan en la Ciudad de México y ocupan el 85 por ciento de la infraestructura vial de la urbe, aseguró Laura Ballesteros, la subsecretaria de Planeación de la Secretaría de Movilidad Vial (Semovi), en entrevista para El Financiero.
El exceso de autos ha provocado en la metrópoli contaminación ambiental, causada principalmente por combustión de motores, escapes de vehículos y evaporación de gasolina, indicaron investigadores, como Agustín García Reynoso, del Centro de Ciencias de la Atmósfera (CCA) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en entrevista para el medio online Crónica.
A mediados de marzo de este año, la Comisión Ambiental de la Megalópolis (CAMe), indicó que la Ciudad de México tenía una mala calidad del aire, por lo que activaron la fase 1 de contingencia ambiental; y hasta la fecha está en juego sí hay contingencia o no, cada día.
Sin embargo, el gobierno capitalino, encabezado por Miguel Ángel Mancera junto con la CAMe, como medida preventiva hicieron más riguroso el programa Hoy no circula, el cual busca la reducción de emisiones contaminantes de los automóviles, haciendo que, según la terminación del holograma, y sin excepción alguna, los carros particulares descansen un día a la semana más un sábado del mes. Este programa temporal se llevará a cabo en la zona metropolitana, del 5 de abril al 30 de junio de este año.
No obstante, los especialistas indican que ésta no es la solución al problema. Carlos Dora, coordinador del Departamento de Salud Pública y Medio Ambiente de la Organización Mundial de la Salud (OMS) afirmó para el periódico El Universal que “el nuevo hoy no circula sólo sirve para reducir niveles de contaminación, mas no para acabar con el problema a largo plazo. Es necesario un transporte masivo limpio, combustible puro sin plomo ni azufre en la gasolina, además del uso de transportes sustentables como la bicicleta”.
Por lo tanto, la pregunta que surge es ¿la Ciudad de México cuenta con una infraestructura ciclista que permita utilizar la bicicleta como una forma de transporte en la ciudad?
Las bicicletas y las ciclovías, ¿una forma de transporte elitista?
La Dirección de Cultura, Diseño e Infraestructura Ciclista, dependencia de la Secretaría de Medio Ambiente (Sedema), es la actual responsable de las 25 ciclovías que hay en la urbe, con un total de 170.11 kilómetros.
El sueño ciclista inició en 2007. El entonces jefe de gobierno del ex Distrito Federal, ahora Ciudad de México, Marcelo Ebrard Casaubón, inauguró la primer ciclovía: la que va de avenida Ejército Nacional, en la colonia Polanco, a la salida de la carretera México-Cuernavaca; fueron 60 kms, que representaba un cambio en la urbe. No obstante, la obra es considerada más de recreación que de movilidad, pues no cuenta con muchas salidas que conecten con otras vialidades.
A pesar del desarrollo que el gobierno capitalino le ha dado a la movilidad ciclista, aún falta mucho por hacer, pues son pocas las delegaciones de la ciudad que cuentan con la infraestructura necesaria para utilizar este medio de transporte.
De acuerdo con datos del Mapa de Infraestructura y Equipamiento Ciclista de la Sedema, la delegación Cuauhtémoc cuenta con 8 ciclovías y tiene un total de 30.25 kms; la Miguel Hidalgo, alberga 12 ciclovías, con un total de 35.2 kms; Benito Juárez, 3 ciclovías con un total de 12.66 kms; y, la Gustavo A. Madero, 1 ciclovía de 20 kms.
La misma fuente indica que la ciclovía más grande, llamada “De la Ciudad de México”, tiene un total de 72 kilómetros, y recorre las delegaciones Miguel Hidalgo, Álvaro Obregón, Magdalena Contreras, Tlalpan y Cuauhtémoc.
La poca oportunidad vial ciclista contrasta con uno de los lineamientos de la organización y asociación civil sin fines de lucro Bicitekas: “el transporte debe desarrollarse en función de intereses colectivos y promover la inclusión social de los habitantes a través de un acceso equitativo a los diferentes espacios de la ciudad”.
El periodista y planificador urbano Rodrigo García Reséndiz, para la revista Nexos, escribió un texto titulado “Elitismo ciclista”, en el cual dice que la infraestructura ciclista y los servicios de bici compartida en la ciudad (Ecobici) no están beneficiando a las personas de menores ingresos, sino al contrario, sólo modernizan las zonas encareciendo el suelo y demás espacios que le rodean, lo que provoca que el vehículo de dos ruedas se vea más como una moda que como un medio de transporte.
Cuando se le preguntó a Areli Carreón García, coordinadora de Políticas Públicas de Bicitekas, qué pensaba respecto a este enjuiciamiento elitista del uso de la bicicleta en la ciudad, dijo que este proceso de movilidad ciclista aún no ha terminado y que la estrategia de hacer de la bicicleta un transporte en la ciudad constó de tres etapas:
“La decisión que llevó al gobierno de la Ciudad a poner las primeras infraestructuras para la bici y el sistema de bicicletas Ecobici, primeramente, fue servir a las delegaciones más atractivas de viaje, o sea, las del centro, donde más gente llega a trabajar ahí.
”La segunda, se refiere al tema de la visibilidad, porque en términos de políticas públicas y de medios, algo que está hecho en el centro de la ciudad es más visible que algo que se quiera hacer en alguna delegación que limite con el Estado de México.
”Y tres, le apostaron a convertir a la bicicleta en aspiración. Partieron de la base de que antes, hace muchos años, la bicicleta era de los jodidos o gente del pueblo, prejuicio que todavía tienen muchas personas, y para combatirlo, en lugar de hacerlo una opción de segunda clase, discriminatoria, la hicieron una aspiración o algo de moda”.
Entonces, ¿Qué deben de hacer los ciclistas que se trasladan de Iztapalapa o la zona oriente o algún otro punto de la ciudad que no cuentan con ciclovías?
La Coordinadora de Políticas Públicas de Bicitekas dijo que dejar de utilizar la bicicleta porque no hay ciclovías no es la opción.
“Nuestra apuesta es seguir como lo hacíamos antes de que hubiera infraestructura ciclista, es decir, crear masa crítica, o sea, que el gobierno nos voltee a ver para que se dé cuenta que hay grupos de ciclistas que quieren ocupar las calles para andar en bici, porque si el gobierno no ve acción por parte de nosotros va a creer inservible invertir en ciclovías en zonas donde parece que la gente no quiere utilizar este medio de transporte. Además de hacer valer el reglamento de tránsito que establece que el ciclista tiene prioridad sobre el automóvil”.
Por otra parte, Miguel Colina, ciclista desde hace cinco años y director del grupo y cuenta de Twitter BicisCDMX, resalta la necesidad de que el gobierno capitalino invierta más en infraestructura para bicicletas en la ciudad, pues asegura que los cambios son evidentes: “menos estrés, llegas más rápido al trabajo y te evitas todo el tráfico que desde tempranas horas ya encuentras en la ciudad”.
Cuando se le pidió alguna recomendación para los usuarios de bicicletas que quisieran transitar en zonas que no cuentan con ciclovías, dijo: “Deben de usar las calles aledañas menos transitadas; comunicar sus intenciones con las manos y brazos, tratar de hacerse visibles a través de señales que pueda hacer, fijarse siempre muy bien en su alrededor, y planear su ruta para no tener que improvisar”.
La revista Forbes online, publicó que en la Ciudad de México se contabilizan alrededor de 120 mil viajes diarios de bicicletas, un gran número de usuarios para los 170 kilómetros de ciclovías que tiene la urbe. A pesar de que dicha revista no la considera dentro del top tres de las ciudades latinoamericanas más amigables con los ciclistas, hay un dato contrastante: Buenos Aires, Argentina, sí es considerada ciudad amigable a pesar de que tiene 40 kms de ciclovías menos que la urbe mexicana y registra 32,264 viajes diarios.
¿Cuál será la razón por la que la Ciudad de México, a pesar de contar con más ciclovías y muchos más viajes ciclistas que la capital argentina no es considerada ciudad amigable? La razón, tal vez sea la incomunicabilidad vial de éste medio y la gran demanda de accidentes que sufren estos usuarios por parte de los automovilistas.
Ecobici, la alternativa de paga
El 16 de febrero de 2010, el entonces jefe de gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard, a través de la Secretaría del Medio Ambiente, inauguró el sistema de préstamos de bicicletas Ecobici. El proyecto inició operaciones con 85 estaciones y un pago anual de 400 pesos. En ese mismo año la bicicleta fue considerada un vehículo reconocido por el Reglamento de Tránsito Metropolitano.
Ecobici, programa de la Estrategia de Movilidad de Bicicleta, de la Sedema, se ha desarrollado gradualmente; en la actualidad se cuenta con más de 440 cicloestaciones y 6 mil 500 bicicletas, distribuidas en más de 40 colonias de las delegaciones Benito Juárez, Cuauhtémoc y Miguel Hidalgo.
La página de internet del sitio Ecobici, contabiliza 208 mil 658 usuarios, los cuales, desde el inicio del servicio hasta finales de mayo de 2016, han dado un total de 33 millones 209 mil 900 viajes. Diariamente, se registran más de 31 mil préstamos de bicicletas.
Además del sistema Ecobici, la Sedema, tiene el programa “Muévete en bici”, el cual busca que la ciudadanía capitalina ocupe este medio de transporte en su vida, por lo que cada año organiza cuatro paseos nocturnos por la ciudad.
El sábado 26 de marzo de 2016, se llevó a cabo el paseo nocturno de primavera, en el que miles de ciclistas, patinadores y algunos peatones se dieron cita para recorrer un circuito de 17 kms por el Centro Histórico, Paseo de la Reforma y el Bosque de Chapultepec.
Cuando el reloj ya marcaba las nueve de la noche, Paseo de la Reforma lucía iluminada. Las luces de las bicicletas alumbraron la ancha avenida. El flujo era rápido, cada quien a su ritmo, incluidos niños, que acompañados de sus padres, pedaleaban sin mostrar un signo de agotamiento. Para medidas de seguridad había módulos de servicio mecánico por si alguna bicicleta sufría algún desperfecto.
En ese desfile de ciclistas lo importante era divertirse; muchos grupos de amigos se hacían notar, se iban siguiendo mientras escuchaban música que algún aventurado traía al cargar grandes bocinas en su espalda mientras iba pedaleando. Este encuentro no excluía a algún usuario de la bicicleta, incluso, muchos optaron por ocupar la de color rojo y verde del sistema Ecobici.
Tal es el caso de Diana Arcega, una joven que estaba en la fila de la cicloestación ubicada enfrente de la Glorieta de la Palma, sobre Paseo de la Reforma, quien buscaba rentar una bici para unirse al paseo.
Cuando estuvo a punto de partir respondió el porqué es socia de este medio de transporte: “Yo soy socia de Ecobici desde el 2013, y la verdad estoy muy contenta con el servicio, ya que por 400 pesos al año, tengo un medio de transporte que generalmente ocupo para llegar a mi trabajo, que está por el Teatro Metropolitan”.
La seguridad vial y las redes incomunicadas: los problemas ciclistas
Areli Carreón, Coordinadora de Políticas Públicas de Bicitekas, en entrevista, dijo que la razón número uno por la que las personas no deciden ocupar la bicicleta como medio de transporte es el miedo a sufrir algún accidente, consecuencia de una creencia de poca seguridad vial.
En 2015, la Secretaría de Seguridad Pública, de la Ciudad de México, informó que en ese año se registraron 207 accidentes contra usuarios de bicicleta por parte de automóviles y demás vehículos de cuatro llantas: 17 casos terminaron en muerte.
El 17 de noviembre de 2015, Monserrat Paredes, una chica de 21 años, circulaba sobre la ciclovía compartida con autobuses de Paseo de la Reforma. La imprudencia de un conductor de autobús que invadió el carril, arrolló la bicicleta que manejaba Monserrat, propiedad del servicio Ecobici, y ocasionó la defunción de la joven, estudiante de Mercadotecnia. El incidente se dio en Reforma esquina con Andador.
Miguel Ángel Zamora, chofer del autobús Mercedes Benz Torino, y responsable del accidente, se dio a la fuga. Sin embargo, las cámaras de la Ciudad de México revelaron su identidad y pudieron dar con él. Fue remitido a las autoridades y condenado por el delito.
Familiares y la organización Bicitekas hicieron un llamado a la sociedad a reunirse en el lugar del accidente para hacerse notar como ciclistas y homenajear a la difunta. En la cuenta de Facebook de la asociación (Bicitekas A.C) compartieron el siguiente mensaje:
“Convocamos a toda la comunidad ciclista capitalina, a usuarios de Ecobici y caminantes de Chapultepec este domingo 22 de noviembre a las 10 a.m., en la esquina de Andador y Av. Reforma, para pintar un memorial para Monserrat e intervenir el carril para demandar respeto y acciones claras del gobierno”.
Sin embargo, no toda la culpa debe caer sobre los automovilistas. El medio Expansión publicó un artículo titulado “Los ciclistas novatos aumentan los problemas de tránsito en el D.F.”, en el que exponen que los que se inician en este medio de transporte cometen muchas imprudencias en las vialidades y calles de la ciudad, porque no conocen el Reglamento de Tránsito ni han tomado los cursos que la Sedema da con regularidad, ni han estado en asociaciones que hagan recorridos por la urbe como Bicitekas.
La mencionada fuente entrevistó al publicista y usuario de la bicicleta por 20 años, Rogelio Garza, quien dijo: “Con el argumento de que no hay vías seguras para circular en bici, invaden la vía peatonal (los ciclistas) y van por las banquetas y los camellones, se exponen por pedalear en sentido contrario o pasarse los semáforos en rojo. Y se molestan si se les menciona”.
A pesar de que esto deja más vulnerables a los peatones, porque les invaden su carril, tampoco actúan de la forma más correcta. A fuera de la plaza comercial Reforma 222, sobre Paseo de la Reforma, muchos transeúntes, desesperados, invaden el carril exclusivo del ciclista, por lo que los usuarios del vehículo de dos ruedas tienen que salirse de su carril para no atropellar a nadie y exponen su vida porque invaden precipitadamente la vía automovilística.
Areli Carreón, Coordinadora de Políticas Públicas de Bicitekas, para el periódico El Universal, dijo que hay tres hipótesis por las cuales los accidentes a los ciclistas en la capital han aumentado: “las ciclovías no tienen estándares comunes de construcción; el uso del celular mientras se maneja y el aumento en la violencia vial; y, el conflicto entre el espacio público que genera riñas entre los usuarios, donde el que tiene ventaja es quien tiene más lámina: los autos”.
Carreón, en entrevista, explicó la primera hipótesis referente a las ciclovías, dijo que si son construidas sin señalamientos, sin conexiones u espacios no adecuados, no funcionarán y por lo mismo habrá mayores accidentes.
“Una ciclovía mal hecha, mal conectada, sin una superficie de rodamiento pareja, no bien señalizada y sin cruces adecuados, pone en riesgo a los ciclistas, porque los diseñadores de las ciclovías no están previendo la seguridad del usuario. Además, otro problema es que por la escasa cultura ciclista que hay en la ciudad, los usuarios de la bicicleta utilizan estas vialidades sin el debido conocimiento, lo que ocasiona muchas veces algunos accidentes”.
El futuro de la bicicleta en la Ciudad de México
Miguel Ángel Mancera, el 7 de abril de 2012, cuando era candidato del Partido de la Revolución Democrática (PRD) a la Jefatura de Gobierno del entonces Distrito Federal, dijo en una rodada en el Ajusco que si ganaba la candidatura ampliaría las ciclovías. De 2012 a 2015, construyó 59.2 kilómetros de vías ciclistas.
A pesar de que la Secretaría de Movilidad Vial (Semovi) aún no ha hecho un proyecto de infraestructura para bicicletas, Laura Ballesteros, la subsecretaria de Planeación de esta secretaría, informó que todas las delegaciones de la metrópoli capitalina tendrán ciclovías seguras y confiables, esto a través de un programa en el que está trabajando llamado Guía de Infraestructura Ciclista, según datos del medio en línea El Universal.
La subsecretaria de la Semovi, también indicó que el primer proyecto de este programa será “Trole-bici”, es decir, que las bicicletas circulen en los carriles del transporte público Trolebús. Los primeros circuitos en los que se llevará a cabo serán dos: de la Central del Norte a la Central de Autobuses del Sur y de Chapultepec a Velódromo, conectando 60 colonias de seis delegaciones y 16 estaciones del Metro y nueve del Metrobús.
Para el periódico Excelsiór, Ballesteros, dijo: “Entre algunas de las características con las que debe contar la infraestructura ciclista están que debe ser de fácil acceso y contar con la menor cantidad de desvíos para traslados rápidos y cortos. Debe ser segura, atractiva, con espacios cómodos y una buena superficie de rodadura, además que considere las condiciones climáticas”.
Una de las desventajas de las ciclovías capitalinas es que no cuentan con una red de conexión entre ellas, sin embargo, hay un entronque que muchos usuarios de la bicicleta ocupan para reducir el tiempo de sus traslados: Paseo de la Reforma con Avenida Juárez; cuando se está en este punto estás dos ciclovías se conectan.
En entrevista exclusiva con el arquitecto, catedrático y coordinador del Taller Federico Mariscal de la Facultad de Arquitectura de la UNAM, habló sobre la planeación de la infraestructura para bicicletas en la urbe capitalina: “La ciudad nunca había considerado, sino hasta apenas unos años, la movilidad a través de las bicicletas. Lo que se está haciendo es adaptar lo mejor posible, o sea forzar, el proyecto de ciclovías. De ahí, que se tengan espacios mínimos, inadecuados, con los mínimos estándares para este medio transporte.
“Forzar no es lo adecuado, lo que se debe de hacer es un proyecto a corto plazo, en el que se diseñen más espacios ciclistas sin afectar otros vehículos como el automóvil, porque es una mala estrategia que para hacer ciclovías se tengan que reducir los carriles automovilísticos. Lo que se debe de hacer es un proyecto de diseño en el que se incluya a todos los medios de transporte sin afectarse unos con otros”.
Areli Carreón considera que, aunque todavía falta camino por recorrer para convertir a la Ciudad de México en una urbe comprometida con los ciclistas, el desarrollo que ha habido es favorable, aunque aclara es necesaria mucho más infraestructura ciclista: “Si queremos que más gente utilice la bicicleta es necesario que se sientan seguros, y sólo lo lograremos creando más ciclovías funcionales.
”Porque utilizar la bicicleta es como una utopía: es un transporte barato, que no contamina, porque no quema combustible ni hace ruido, no daña la infraestructura vial y sirve como ejercicio”.
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December 31, 2016, 5:14 am
Por Adriana Lizbeth Martínez Contreras
Fotos: Guadalupe Martínez
Ciudad de México (Aunam). El circo: una carpa de líneas rojas con blancas se levanta anclada por unas cuñas en medio de un terreno prácticamente baldío. Desde lejos se escucha el murmullo de los músicos y al entrar se vislumbran los colores acomodados salvajemente, sin orden ni precisión en la escenografía.
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Erick Murias (izq.) y Fernando Hondall (der.) frente a la escultura “Las artes escénicas” de Luis Ortiz Monasterio en el Centro Cultural del Bosque. |
Dos clowns entran al escenario compuesto por arena y aserrín; llevan puestos grandes trajes de estampados estrafalarios, pelucas y una nariz roja. No hablan durante su acto, uno de ellos arroja agua a su compañero provocando que este último piense que está lloviendo, así que saca un pequeñísimo paraguas de su bolsillo.
La gente ríe mientras los actores caminan con torpeza hacia la orilla del espacio; y es así como comienza Vagabondo Circo show de Los Estrouberry Clowns, compañía liderada por Erick Murias y Fernando Hondall. Al acabar el espectáculo se puede ver que ellos están detrás del maquillaje blanco, las películas, los sombreros, la nariz roja y los zapatos y trajes enormes: dos clowns con casi 20 años de trabajo en conjunto.
Fuera de escena, Murias es un hombre de apenas entrado en los 40, que viste camisa de rayas, jeans oscuros y tenis grises. Sale con su familia al teatro y la incluye siempre en su vida artística, sobre todo a su pequeño hijo Mateo, quien participa en algunas funciones de su compañía.
Por el otro lado, a su compañero Hondall la jovialidad le sale por los poros, es también un adulto a punto de abandonar los 30, aunque por su aspecto desordenado se podrían pensar menos años. Los jeans oscuros, chamarra de piel, lentes tornasol y converse negros, aunado al estilo mohicano de su cabellera hacen que se vea como un hombre desenfrenado lo que se contrapone con su actitud bastante afectuosa y cálida.
¿Un clan? ¿un clon? ¿un qué?
Sentado en una banca de piedra sin respaldo, afuera del Teatro Julio Castillo, parece que Erick Murias comenzará a actuar. Se endereza y con sus manos y brazos dibuja un árbol en el aire que divide en dos grandes ramas, a la derecha ubica al payaso “animador”, a la izquierda el clown.
El payaso en México se ha desempeñado en dos vertientes, “uno es el ‘animador’ infantil, que busca sólo la risa simple, sencilla, llana. Es una rama más comercial”. Por el otro lado, está elclown, el payaso que se va “hacia los escenarios, hacia los espacios con una expresión más artística” el payaso que no busca sólo la emisión de la risa sino que “va más allá”.
Hondall, para complementar la definición, prefiere utilizar más palabras que dibujos, en todas sus respuestas parece luchar por atrapar el mayor número de frases que pueda, para él “el clown es un actor que está en busca de hacerte sentir cosas, es un provocador de una cascada de sentimientos, se enfoca un poquito más a lo cómico pero obviamente es rico profundizar como un payaso en emociones como la soledad, la tristeza, la desolación eso es el reto, es decir, el clown debe tener un potencial emocional muy fuerte para poderte llevar – corean ambos – de la risa al llanto”.
De casualidades y destinos
Murias sugiere que el mundo del teatro lo golpeó de pronto desestabilizando sus planes, sin embargo fue un hecho afortunado que trazó su destino. “La verdad yo quería ser diseñador e iba enfocado a la publicidad”, confiesa mientras abre más sus ojos y esboza una sonrisa de incredulidad, mueve su cabeza de izquierda a derecha como forma de rechazar que el diseño pudo ser su profesión.
“Inicié hace aproximadamente 20 años y en ese momento no tenía idea de que había una inquietud artística en mí. La verdad me nació de forma muy casual: vi a un grupo de teatro en una función al aire libre, me enamoré y dije ‘¡wow!, yo quiero hacer eso, quiero ver qué es ese mundo.
Después de ver a ese grupo, le pregunté al director qué tenía que hace para integrarme a ellos y me dijo que pertenecían a un taller de teatro, así que me inscribí a él y poco a poco me surgió esa cosquillita por el teatro y la actuación.
Primero conocí el arte de la pantomima, ésta era una disciplina que cursaba en la escuela de teatro, esa disciplina me condujo al payaso, con él descubrí el circo y ése me llevó al clown. Fue un proceso muy largo, cerca de 10 años en los que comencé a profesionalizarme y a descubrir cuál era la línea de actuación que quería seguir”.
Aunque intentó otras líneas teatrales, como la farsa, el drama o la sátira, poco a poco se dio cuenta de que la comedia era la que quería seguir “cuando yo hacía reír me sentía muy bien, era por ahí mi camino y no lo sabía en esos momentos.
Hasta que un día me dije – antes de seguir yergue su cuerpo, sus facciones se hacen un poco más serias y dice viendo hacia el frente como si estuviera ante un espejo – ‘de acuerdo, lo que yo hago se llama comedia y tengo que averiguar de qué forma hacerlo más profesional’ así descubrí que el clown era la mejor herramienta para hacerlo”.
Por el contrario, Fernando Hondall sí tenía previsto dedicarse al mundo de las artes escénicas. “Yo soy actor, primero estudié pantomima con Rafael Pimentel en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), y con Juan Gabriel Moreno que es otro de los grandes de por allá”.
Antes, dice con una sonrisa que logra asomar sus dientes, “estudié en el Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) Oriente, vengo de la generación de Agustín Meza y de un montón de locos de la UNAM. Ya por el 97-98 llegué con Sandra Félix al Sistema de Creadores donde, con Luis de Tavira, entré al mundo del teatro oficialmente”.
Sin embargo, a diferencia del primero, dedicarse al clown no era lo que estaba en sus planes. “No, no, no, la verdad yo no pensaba ser clown – confiesa mientras mueve la cabeza de derecha a izquierda, al mismo tiempo Murias ríe por esa declaración – caí en eso porque me encantaban Erick y los demás, eran mis amigos y los quería mucho además, como era el actor, pues sólo me decían ‘Ah pues eres actor, entonces toma, esta es nuestra rutina (hazla)’.
Ahora amo ser un clown y concebirme como tal también, pero me costó bastante porque le tengo mucho respeto a la profesión. Antes me era casi imposible considerarme uno pero ahora oficialmente lo hago y, por supuesto, amo mi profesión” termina Hondall entre las risas que desata en su compañero pensar en el tiempo que le costó aceptarse en esa profesión.
Hace ya veinte años
Como en un rompecabezas, ambos fueron piezas que, sin buscarlo encajaron a la perfección. Ahora, después de tantos años compartiendo experiencias les es difícil concebirse separados. Como complemento uno del otro, se sientan con los brazos unidos y a cada nueva pregunta responden una parte cada quien; casi ensayado, uno sabe en qué momento detenerse para que el otro comience a hablar.
Hugo Fragoso es el nombre clave de su historia juntos, lo menciona Hondall con una sonrisa en el rostro y la mirada perdida en el piso, sus facciones se aligeran, su cuerpo se encorva y entre tanto, su compañero comienza a relatar su historia.
“Yo estudié con Horacio Arango que es el otro de los fundadores de este proyecto – ‘es el que falta aquí’ dicen en coro mientras señalan en medio de sí mismos – en la escuela, con un director de teatro que se llama Hugo Fragoso, de ahí nos mandaron a ver un taller de títeres y a presenciar los ensayos de Sandra Félix”.
“Justo éramos los locos que estábamos con Sandra Félix los que hicimos el taller de títeres – agrega Hondall –, ahí fue donde partió el origen de Comparsa la Bulla: empezar a trabajar circo y música en vivo aunque en ese momento nada más con títeres. En un montaje previo a La Bulla nos conocimos y entonces de ahí para acá.
Y en todos estos años hemos logrado muchas cosas, por ejemplo, participamos en el 1° Festival Internacional de Teatro de Calle en Zacatecas en el 2002 y ya fuimos seis veces a él; asimismo, aquí en el Centro Cultural del Bosque colaboramos en el festival que hacen el Día Internacional del Teatro, asistimos casi cada función y desde el 2000 hasta este año recorrimos casi toda la república, es algo maravilloso”.
Claroscuro
El trabajo artístico está lleno de incertidumbres, se trata de un terreno donde se escala poco a poco y con mucho esfuerzo. “Es un acto de fe” como lo define Murias, él mismo ha sufrido los estragos del desasosiego que relata con la cabeza gacha y la voz entrecortada que sale de unos labios a los que se les ha borrado la sonrisa.
“Yo interpretaba el personaje de un payaso loco y literalmente terminé igual. Fue al terminar una de las temporadas que hicimos de teatro escolar con la Secretaría de Educación Pública (SEP). El ritmo de trabajo al que nos sometíamos era muy intenso, nos teníamos que parar a las 5:00 a.m. para estar a las 7:00 a.m. en las escuelas, dábamos dos funciones diarias y haz de cuenta que una era en Iztapalapa la otra en Azcapotzalco”.
“Empecé a sufrir de los nervios me empezaron a dar ataques de pánico, estrés, ansiedad, en algún momento ya no quería hacer ese personaje, tenía miedo incluso de actuar. Me pregunté si estaba haciendo lo correcto, si servía de algo querer que la gente riera ¿realmente es importante lo que hago? ¿Vale la pena? después me respondí que sí”, finaliza con un tono más liviano, despreocupado porque ahora sabe que es lo que realmente quiere continuar haciendo”.
Pero esa temporada no se quedó sólo en un mal recuerdo, Hondall difumina la atmósfera melancólica señalando que, a pesar de todo, sacaron provecho de ella: “de hecho se volvió la anécdota de OTTO, un espectáculo que presentamos en el Teatro Julio Castillo, en el Teatro de la Ciudad y en el Festival Iberoamericano de Teatro para jóvenes, hasta se fue a Costa Rica”.
La calle como escenario y la comedia como medio de reflexión
“En la calle lo haces sin ningún apoyo, lo haces por ti mismo, tú eres tu propia herramienta y tú eres el que decide hasta dónde quieres hacerlo, hasta dónde quieres llegar”, opina Erick sobre el Teatro de Calle que fue en el que iniciaron con Comparsa la Bulla. Sin embargo, no sólo es la libertad de creación también se trata, como después recalca Fernando, de un lugar de trasgresión.
Hondall alza la voz, frunce el ceño y aprieta los puños, reclama la situación del país, confía en el teatro de calle como un espacio trasgresor, un espacio que se rebela contra la creciente violencia y la corrupción social. “Tiene que ser trasgresor para el punto de vista de la gente, aunque me contrate Quimera, aunque me contrate CENART o el gobierno, no entendemos porqué está así el país, en qué momento se desató la violencia incontrolable y para eso estamos nosotros, para ser actores de crítica.
Porque ya estamos hartos de que aunque vivimos en un México precioso, éste ha sido atrapado por cosas inverosímiles. Si nos hubieran dicho hace diez años que en los semáforos, en las gasolineras o en cualquier lugar nos iban a asaltar; o que a las mujeres las iban a violar en los autobuses, lo habríamos negado, pero ahora vemos que es justo lo que está pasando.
Erick al cerrar las funciones, aunque la gente esté riendo, trata de dar un mensaje y una crítica hacia nuestro país. En ese momento donde la gente está en familia y en paz hacemos la ilustración de que sí se puede, que nos merecemos algo diferente. Ésa es una de las funciones del Teatro de calle”.
Y la crítica no es sólo hacia la decadencia colectiva, también hacia la comedia contemporánea que está atrapada en tonos escatológicos “que se ha prostituido, ha caído en tonos sexistas, machistas, burdos” enlistan los clowns. “El clown está obligado a ser inteligente en su comedia es justo cómo preparo un número sin lenguaje, utilizando la herramienta de mi cuerpo y que sea universal además, que no tenga cuestiones escatológicas, sexuales o vulgares” exclama Hondall un tanto indignado por la pérdida de la comedia blanca.
Ambos alinean sus cuerpos, cierran los puños, sus líneas de expresión se hacen prominentes y su voz se engruesa, coinciden con enojo en que la comedia burda se muestra con desenfreno a la gente, desde niños hasta adultos “lo vemos en la televisión ¿no? – ¡Claro! Y es muy grave, es trágico que un pequeño prenda la televisión y vea eso” comentan entre ellos. No es de extrañar que a ambos les preocupe el ambiente en que crecen los infantes pues son padres y no conciben que los chicos tengan que desarrollarse en un ambiente violento, sexista y banal.
Y, aunque es difícil, todos estos años de trabajo juntos se han enfocado en buscar la comedia simple, universal, sin caer en lo burdo y lo logran, dicen con orgullo, mediante un proceso donde los espectadores se hacen parte del espectáculo.
“La gente espera que actuemos como el payaso animador pero en realidad los vamos llevando por otros caminos y ellos no se dan cuenta en qué momento quedan atrapados por el show – dice Murias arqueando las cejas y guiñando un ojo, le sale una sutil sonrisa burlesca y orgullosa – es una estrategia que tiene que ver mucho con la técnica del chiste visual: los atrapamos, les damos la vuelta y cuando se dan cuenta ya disfrutaron del espectáculo.
Y voy a confesar porqué – remarca alzando su mano frente a él – porque no buscamos el chiste por el chiste, lo que hacemos en realidad es contacto con la gente; de entrada no queremos que las personas se rían porque sí, intentamos hacer contacto con ellos y una vez que lo logramos la risa viene sola, espontánea”.
Clown que no es visto no es admirado
El ocaso se ponía detrás de los clowns, el aire se intensificaba y aumentaba su frialdad que traspasaba sus ropas. Murias castañeaba los dientes y se abrazaba a sí mismo para combatir la sensación de enfriamiento hasta que su hijo, que se encontraba jugando a unos metros de él, corrió a salvarlo del congelamiento llevándole una chamarra.
Erick Murias prefiere continuar hablando parado, ambos con un semblante más serio y viendo al frente comienzan a hablar cobre las compañías teatrales. Juntos han trabajado en tres: Comparsa la Bulla, La Bomba Teatro y Los Estrouberry Clowns. Con la segunda estuvieron en alrededor de 12 festivales, algunos de ellos en más de una emisión y con su tercera y actual compañía, de la que son dueños y productores, han permanecido en gira desde que comenzaron el año pasado y participaron en el 4to Encuentro Internacional de Clown, tal vez no tengan la fórmula del éxito pero sí tienen muy claro cómo han logrado sobresalir.
“El trabajo, la constante búsqueda, la gente no te conoce así que ‘clown que no es visto, no es admirado’, a nosotros nos funcionó ir tocando de puerta en puerta y decir ‘Oigan nosotros somos éstos, ¡véannos!’. Además Fernando conoce otro de los puntos de quiebre concreto”.
“Sí, claro – como en pleno acto, se turnan sus voces para pulir la información - es la administración, el sistema empresarial, es como cuando abres un negocio y tienes que invertir en cosas, en las compañías igual, si no tienes esa visión empresarial pues ya tienes un punto menos, es más no uno sino varios puntos menos”.
Otro factor que resalta para ellos es la satisfacción, la pasión y las ganas de hacer circo y clown, “cuando la gente no está contenta con lo que está haciendo entonces para qué está ahí cuando las compañías se forman con esas personas en donde los caminos de cada quien son diferentes y no hay un lenguaje en común pues se van a desintegrar inevitablemente”.
“Visión, objetivos, organización y bueno, rodearte de las personas correctas” son las conclusiones que enumera Murias con sus dedos cuando termina su compañero de hablar y para demostrar que ellos cuentan con esas aptitudes, Hondall con seguridad y firmeza afirma “yo sí te puedo decir Los Estrouberry Clowns van a llegar a ser una compañía que represente a México en los festivales, esa es mi visión desde ahorita y entonces lo que hacemos son espectáculos que tengan esa visión”.
De sueños que cumplir y batallas que ganar
El viento, cada vez más fuerte, anuncia el final de la conversación. En el rostro de ambos se asoma el cansancio de un ritmo de trabajo exigente pero también los destellos de su recompensa: hacer lo que desean, viajar, ser ellos mismos frente y fuera del escenario son cosas que no cambiarían por nada.
“El circo duele” pronuncia Fernando Hondall mientras agacha un poco la cabeza y esboza una sonrisa, es lo primero que responde cuando les pido un consejo para todos los que quieran dedicarse a eso. “Es doloroso porque te tienes que enfrentar a ti, a tu ridículo, a tus capacidades físicas de por ejemplo montar un monociclo o un trapecio o una escalera fija, es una carrera impresionantemente bella pero tiene el doble de trabajo que cualquier otra carrera.
El clown duele muchísimo más: es caerte, es sufrirle porque el clown está dentro de ti, cualquiera lo puede sacar pero es muy doloroso porque a pesar de que el fin sea reír es difícil sacarlo es difícil decir éste es mi ridículo, ríete y desprenderte de todo, del que dirán decir me vale yo lo disfruto”.
“Siempre habrá detractores – advierte Erick Murias parado a un costado de su amigo mientras ve la puesta del sol –. Siempre habrá alguien que les diga ‘tú no sirves para eso’, ‘dedícate a otra cosa’, ‘consíguete un trabajo de verdad’, ‘te vas a morir de hambre’. No les hagan caso, háganle caso a su corazón, sigan su sueños y si la respuesta es siempre sí. que lo hagan”.
El golpe es contundente por parte de ambos, es cuestión de esfuerzo, de pasión, de querer hacer y luchar por lograrlo. La lección es clara: se vive para lo que se ama por más que esto duela pues “al final es mágico, hacer reír y sorprender con los actos es lo más fascinante”, finalizan con los ojos brillantes y una amplia sonrisa.
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Por Guadalupe Nayeli Guevara García
Fotos: Irving Hernández
Ciudad de México (Aunam). Una de las personas que ha luchado por la protección de Cuatro Ciénegas, uno de los valles con mayor concentración de especies originarias de la región en Coahuila, es una mujer de estatura promedio, tiene la piel tostada por el sol, el cabello corto y ondulado. Su nombre es Valeria Souza Saldívar.
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Sale de su Laboratorio de Evolución Molecular y Experimental, del Instituto de Ecología en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), un lugar lleno de jóvenes interesados en la ecología, que buscan, como ella, la conservación de un área natural, mientras se mantienen pegados a la computadora trabajando con códigos genéticos.
Camina despacio a la mesa más cercana, tomamos asiento en una de las sillas blancas de metal esparcidas en el tranquilo jardín del Instituto. Está en su casa, su segundo hogar desde 1979 cuando ingresó a la Facultad de Ciencias en la UNAM para estudiar la licenciatura en la carrera de Biología.
“Yo soy bióloga desde chiquita”, su mirada cambia, en sus ojos aparece una chispa de la niña de diez años que entre sus manos sostenía una enciclopedia de Time Life, un regalo de Navidad. Mientras ojeaba el libro, dos hélices llamaron su atención, el ADN entró a motivar su estudio, “cómo algo tan simple puede tener todo lo que conocemos”, exclama aún con asombro.
Tarea en familia
La doctora Souza viste pantalón de mezclilla, blusa bordada de franjas amarillas y naranjas, y la cubre un delgado suéter rosa. De su cuello cuelgan dos collares, uno de éstos es una bolsita tejida color naranja que tiene en el centro la mitad de una luna y del sol, “me lo regalaron unas mujeres de Sonora”, dice mostrándolo con orgullo.
Terminó su licenciatura en 1983, e ingresó a la maestría en Biología el mismo año, “soy una especie de tractor, voy de frente y no hay nada que se me atore”, dice la profesora con una sonrisa que produce pequeñas arrugas alrededor de sus ojos.
A media maestría decidió casarse, “a mis papás no les parecía tan buena idea que me juntara con un biólogo”, comenta después de soltar una risa; “Luis –su esposo- y yo somos un buen equipo y seguimos juntos aquí en el laboratorio”, expresa todavía con la sonrisa de satisfacción en el rostro.
Cuando cursaba el doctorado en Ecología en el Centro de Ecología de la UNAM, tuvo a su primer bebé; el segundo llegó en 1993; “ser maestra y mamá son las dos cosas que definen quién soy”, lo dice con firmeza, mientras su voz es una mezcla de orgullo y pasión.
Sus hijos han terminado el doctorado en Biología y, aunque tanto se dedican a otra cosa, están muy involucrados -en la protección del valle-, salvar Cuatro Ciénegas fue una tarea de toda la familia” indica con satisfacción.
La curiosidad de un niño
“Un científico es alguien que tiene la curiosidad de un niño y que le pagan por ello”. Le compensan porque sigue un método científico, donde las ideas, que pueden llegar a ser metáforas, a partir de lo que se observa en la naturaleza, se construyen como hipótesis, es obvio que esa es su vocación y su expresión lo demuestra. “Esas hipótesis necesitan ser probadas con un método de muestreo, con un análisis estadístico y tienes que ser lo más riguroso posible para poder decir si tu hipótesis fue cierta o falsa”.
“Yo no diría que un científico está en la búsqueda la verdad, porque no existe tal cosa”. El científico explora para encontrar respuestas a sus preguntas “muy puntuales”. “Con esta enorme curiosidad de entender cómo funciona, cuáles son las razones detrás”, pero “en realidad no hay una sola respuesta, hay muchas y armamos rompecabezas para conseguirlas”.
La doctora Souza se ha dedicado a la investigación. Es una mujer que ama su trabajo; ha impartido alrededor de 58 cursos de 19 materias en la UNAM: “Si generas datos necesitas enseñar a los demás cómo obtener otras notas, es un deber”. Es reconocida en la Facultad de Ciencias porque los alumnos se entusiasman al oír historias de cómo “nos tocó salvar al arca de Noé”, dice haciendo referencia a Cuatro Ciénegas.
Además, el deber de un científico es “enseñar, formar a la gente y tratar de que el conocimiento sea lo que permee en las sociedades”, la ciencia tiene una responsabilidad moral y social, además, es muy divertida hacerla, la chispa regresa, la niña de diez años sigue sentada frente a mí.
Le emociona descubrir cosas nuevas, y que “sea hecho por una mujer también permea en otras mujeres jóvenes”. Está convencida de que “todos los que damos clases hemos ayudado a que se generen nuevas vocaciones”.
¿Y qué espera de las nuevas generaciones? “Que salven al mundo, sí, no es pequeña cosa, pero les toca”, suelta una carcajada y la piel de su rostro muestra los años que avanzaron mientras conseguía proteger Cuatro Ciénegas.
Ver a la UNAM desde fuera
¿La UNAM cumplió sus expectativas? “Enormemente, la UNAM ha sido mi casa desde entonces.” No le dejo solo un conocimiento intelectual, ha llegado hasta lo humanístico, “porque estar en la UNAM es ser parte del país,” expresa con satisfacción; a su alrededor jóvenes interesados en la investigación caminan con carpetas en mano, mientras otros lidian con códigos en sus mesas de trabajo, todos con un mismo propósito, resolver los problemas ambientales que enfrenta México.
“Cuando uno estudia en escuelas particulares realmente no es parte del país”, su rostro pasa de una sonrisa a una expresión seria. “Te metes al país a través de la UNAM y sientes un enorme compromiso hacía esta nación que ha dado tanto y por eso seguimos trabajando”.
Al principio de su carrera la UNAM no contrataba a los alumnos a menos que hicieran un postdoctorado en el extranjero. Por ello viajó a Estados Unidos, donde realizó uno en el Departamento de Ecology and Evolutionary Biology en la Universidad de California. Trabajo en el laboratorio del Dr. Richard Lenski, quien “fue tremendamente generoso,” de septiembre de 1990 hasta julio de 1992.
“Fue una oportunidad increíble, con gente maravillosa que apoyó nuestra carrera”, expresa la profesora con entusiasmo mientras sus manos juguetean en el aire. De agosto de 1992 hasta febrero de 1993, realiza otro postdoctorado en el Center for Microbial Ecology de la Universidad Estatal de Michigan.
Su estancia en Estados Unidos no sólo la ayudó a formular conocimiento, “ver a la UNAM desde afuera te hace apreciarla aún más”, cuenta que las universidades estadounidenses son sitios de privilegios, universidades caras que hacen que “muchísimos estudiantes se endeudan el resto de su vida para poder pagarla”.
En cambio, “la UNAM para mí es el cerebro y el corazón del país y tiene una influencia enorme, tanto así que en la guerra contra el narco ninguna camioneta de la UNAM ha sido lastimada ni por el ejército ni por los narcos y eso es mucho decir. Somos respetados porque estamos enseñándoles a sus niños”, dice con orgullo en la voz.
El arca de Noé
Cuatro Ciénegas es un ecosistema sin nutrientes que a simple vista se ve sencillo; sin embargo, “ahí están los linajes ancestrales que construyeron este planeta azul y solamente existen ahí”. La NASA “nos llevó a explorarlo y nada de lo que habíamos aprendido funcionaba ahí”.
Es un oasis con la mayor diversidad de especies en el planeta, y ella al trabajar con la pregunta ¿Por qué hay tantas especies? No dudó en trabajar con el valle, “en Cuatro Ciénegas se puede entender las reglas originales de por qué el planeta es tan variado, y ahora tengo un sistema favorito, el cual es tal vez el lugar más diverso del mundo”.
Ha sido una dura batalla que ha tenido que enfrentar para salvarla, pero “hemos aprendido muchísimo de Cuatro Ciénegas en el camino”, al ser uno de los pocos ecosistemas modelos que permiten analizar el desarrollo de la tierra primitiva, da la oportunidad de crear estudios en torno a la vida en otros planetas.
Se siente “bien privilegiada de que me toco este trabajo y que puedo hacer algo al respecto, es un enorme privilegio trabajar para el futuro de México”, dice con entusiasmo y un brillo en los ojos.
Este lugar no solo dejo conocimiento a los investigadores, la primera lección que dio fue “de humildad, porque en realidad entendemos muy poco, y hay que abrir los ojos y la mente a lo inesperado. Nos enseñó una enorme responsabilidad social, que implica hacer ciencia”.
Las barreras a superar
En 2013 un grupo de habitantes de la zona se manifestaron en contra de la investigadora, culpándola de frenar el desarrollo del municipio por haber sido decretado como zona protegida. “Si tú tienes una bola de cristal que te ayuda a predecir eventos como que se va a secar Cuatro Ciénegas si siguen sacando agua, no se necesita ser demasiado listo para eso, tienes que generar fundamentos científicos para demostrarles a las autoridades y a los productores que están haciendo mal las cosas.” Su tono de voz es una mezcla de burla y enojo.
Al recordar este episodio, suelta una risa y su rostro toma una expresión relajada, sin arrepentimiento, “no son los pobladores de Cuatro Ciénegas los que se manifestaron, sino los ricos latifundistas, dueños de la tierra desde hace mucho, los cuales se apersonaron como ejidatarios, pero en realidad no viven ni siquiera en Cuatro Ciénegas y le pagaron a la gente para ir y hacer una manifestación”.
Y aun con la misma expresión, comenta que solo consiguieron poca gente, porque los investigadores también se han dedicado a concientizar en la protección del área a los niños del valle desde el kínder hasta la prepa, ahora ellos ven un futuro “y están cambiando la manera en que usan sus recursos naturales y van hacer los niños los que salven a Cuatro Ciénegas, igual que serán los jóvenes a los que les damos clases los que salvarán el mundo”.
Salvemos México
La doctora Valeria Souza está segura de que en México los científicos han tratado de traducir la ciencia mucho mejor y se han acercado a la gente, “tal vez precisamente por el efecto UNAM”.
Es hora de que a los jóvenes les pique el gusanito de la curiosidad, por saber más y sin estar “encerrados en sus miedos la vida es diferente; básicamente la ignorancia genera miedo y el conocimiento genera moverte hacia delante”.
Es una optimista, “creo que sí vamos a salvar a Cuatro Ciénegas, y si logramos transformar conciencias salvando el valle, tal vez podamos salvar a México,” concluye, mientras hace movimientos entusiastas con sus manos, sus ojos se agrandan y una gran sonrisa ilumina su rostro.
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January 16, 2017, 11:41 am
Por Gabriela Jiménez Arellano
Ciudad de México (Aunam).- El 28 de enero del 2016, la Comisión Nacional de Agua (Conagua) anunció corte y suspensión del suministro de agua para dos millones 500 mil capitalinos debido a reparaciones en el Sistema Cutzamala, el cual abastece a todo el Valle de México. En sus inicios reportaban recortes parciales del 25 por ciento o ausencia total por 48 horas. Situaciones aparentemente temporales, no deseables, pero necesarias para mejorar el servicio público.
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Los habitantes de Iztacalco tienen que usar agua gris para no prescindir de esta. |
Sin embargo, lo esporádico terminó por ser permanente y, en algunos casos, sólo fue la gota que derramó el vaso, la que colmó la paciencia de los habitantes de las colonias Agrícola Oriental y Gabriel Ramos Millán de la delegación Iztacalco, quienes ya padecían un desabasto desde hace un año.
Los dos recortes anunciados en enero y abril de 2016 no fueron ninguna sorpresa, simplemente se hicieron oficiales. Este fue el pretexto perfecto para iniciar una serie de reclamos, huelgas y el contacto con los medios para exigir lo que se había establecido el 28 de julio del 2010 por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), y el 8 de febrero de 2012 por el Congreso de la Unión en México, como un derecho humano.
Ante los reclamos Carlos Estrada Meraz, delegado de Iztacalco, y Miguel Ricaño, director de Fortalecimiento Interinstitucional del Sistema de Aguas de la Ciudad de México (SACMEX) anunciaron, en conferencia de presa, la rehabilitación de la infraestructura hidráulica y la construcción de cinco pozos de agua potable para abastecer a una población que no puede cubrir sus actividades solo con el envío de pipas y tandeos.
La denominada “magna obra, cuyo costo se estimó en 90 millones de pesos, preveía beneficiar a aproximadamente 90 mil personas de la demarcación. No obstante, la construcción de estos pozos profundizó y sacó a flote otros problemas, como la delincuencia, caracterizada por el robo de válvulas y venta ilegal de agua sustraída del mismo sistema.
En espera del oasis
Arturo Cervantes se ha acostumbrado a que un trabajador de la delegación toque a su puerta para preguntarle si tiene agua. “Sí tenemos, hoy no necesitamos pipa”. Es parte de su rutina. Sacan la manguera de la pipa y sus chorros sustituyen el flujo ausente en las tuberías.
La ironía y la frustración imperan durante la otra parte de la rutina, la lectura del medidor. “Oiga en vez de que salga agua, nomás sale aire. Es aire lo que estamos pagando”. El trabajador del SACMEX lanza una sonrisa avergonzada que intenta no rayar en la burla. “¿Puede haber mayor cinismo?”, se indigna el hombre de 65 años.
“De las tuberías no sale una gota ¡Nada, nada, nada! Me imagino que la diferencia entre nosotros y los de la colonia Agrícola Pantitlán o Leyes de Reforma ha de ser que a ellos ni pipas les envían. Ellos hasta han bloqueado el Metrobús, en Eje 4 y Rojo Gómez”. Cuando se les pregunta si ya han ido con el delegado, la respuesta es la misma: “ya fuimos, pero no nos hace caso. Vayan ustedes, para que vea que es en serio”.”
En 2015, un estudio realizado por el SACMEX sobre la factibilidad hídrica –definida como la capacidad de una zona para abastecer a su población con servicios hidráulicos de agua potable–, reveló que 33 de 55 colonias de la delegación Iztacalco requieren de reforzamiento e incremento caudal. Este dato coloca a dichas zonas en un nivel de alerta naranja, es decir, próximas a que su factibilidad hídrica sea nula.
Dentro del grupo de colonias en riesgo están las siete secciones de la Agrícola Oriental, la Gabriel Ramos Millán, Granjas México y La Rodeo, todas vecinas, colindantes con la Delegación Iztapalapa, y establecidas alrededor de las oficinas delegacionales.
Justo en la zona donde se anunciaron las reparaciones en el Sistema Cutzamala, los iztacalquenses protestaron por la ausencia del líquido en las tuberías, la insuficiencia de pipas y la indiferencia de las autoridades que lleva más de un año. Gritaban, ondeaban cartulinas e impidieron el paso del Metrobús. Sin embargo, sus reclamos se iban apagando, como el chorro de agua que llega una vez al día en sus hogares.
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Mapa de Factibilidad Hídrica de la Delegación Iztacalco. Archivo del SACMEX |
El agua, derecho humano, ¿realidad o mito?
El artículo 4° de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos establece el derecho de acceso a los servicios hidráulicos para todos los mexicanos, así como la responsabilidad del Estado para garantizar el cumplimiento de esta garantía constitucional.
Cuando el artículo 4º de la CPEUM se reformó en 2012, surgieron múltiples cuestionamientos sobre si se debían seguir o no los lineamientos establecidos por el Comité sobre Derechos Económicos, Sociales y Culturales de Naciones Unidas: disponibilidad, calidad, accesibilidad física, asequibilidad económica y no discriminación.
El debate yacía principalmente en dos puntos: por un lado, se dudaba que el Estado tuviera las políticas públicas suficientes para asumir la responsabilidad total del suministro hídrico –lo que al final quedó estipulado– y por otro, la conciencia de que al tratarse de un derecho dejaría omisos a los ciudadanos de ejercer un pago por el servicio, sabiendo que la infraestructura del sistema no cuenta con las condiciones óptimas para abastecer a los más de 119 millones de habitantes.
A esto se sumaba también la ausencia de una distribución justa, sin discriminación por condición social. “Se ha llegado incluso al extremo de dejar sin agua a comunidades que tradicionalmente poseen un yacimiento para hacer uso del mismo en pos de explotarlo a favor de estos ciudadanos de elite y aún más, dejar sin agua a la comunidad de donde el agua es originaria”, afirmó en entrevista para la revista Impluvium, el doctor Manuel Pérlo Cohen, director del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM.
Pese a estas reservas sobre la reforma del artículo 4°, el Congreso de la Unión aprobó el 8 de febrero del 2012 la modificación que establece el recurso hídrico como un derecho humano. De acuerdo con Perló Cohen, este cambio “es una forma novedosa de ejercer justicia social, de vivir en un real Estado de derecho, de dejar en claro que todos los ciudadanos son iguales ante la ley y ante la infraestructura pública”.
Sin embargo, todo quedó en buenas intenciones. De acuerdo con datos del INEGI del 2015, aproximadamente el 56 por ciento de la población recibe agua por tandeo y sólo el 14 por ciento tiene acceso a un servicio continuo. Además, casi 14 millones de mexicanos, a nivel nacional, no están conectados a una red hidráulica.
A pesar de estas cifras, en el recién aprobado Presupuesto de Egresos Federales 2017, se registró una disminución del 70 por ciento en los recursos destinados a las dependencias encargadas de ofrecer este servicio.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que la cantidad mínima de consumo por persona se sitúa entre 80 y 150 litros. Sin embargo, en la casa de Ofelia Salazar Reyes apenas reciben dos minutos diarios de abastecimiento, equivalentes a 800 litros. Esa cantidad tiene que alcanzar para sus hijos, nietos, nueras y yernos, un total de 8 personas.
Todos los días, entre las 13:00 y 14:00 horas, Ofelia pesca a sus nietos Adolfo y Martín para que le ayuden y a su nuera Lomelí a acarrear los cuatro tambos de 30 litros y cubetas de pintura Comex, donde guardan el agua que utilizaran durante toda la semana para distintas actividades.
Un recipiente va destinado para el baño. Si bien les va, puede alcanzarles para una semana, aunque casi siempre se acaba a los tres días. Escogen echar un cubetazo sólo con los excrementos; si son orines intentan no hacerlo muy seguido para conservar una cantidad considerable. “El chiste es hacerla rendir, porque no alcanza a veces ni para lo más importante, que es el aseo de uno”, contesta indignada Ofelia.
Construcción del oasis
Con una sonrisa atenta, lista para posar frente a las cámaras de comunicación social, Carlos Estrada Meraz, delegado de Iztacalco, se coloca afectuosamente junto a los 450 vecinos de la colonia Gabriel Ramos Millán, a quienes esa mañana les hizo entrega de un tinaco de 750 litros.
El funcionario, que está por cumplir un año al frente de la delegación, promete que pronto se acabará el abastecimiento con pipas de agua potable y tandeo porque, desde ese día, las exigencias de los habitantes serán atendidas a través de la puesta en marcha de la “magna obra” perteneciente al programa Gota a gota el agua se agota.
La obra propuesta por el jefe delegacional consistía en la construcción de varios pozos de agua potable, la rehabilitación y mantenimiento de otros, y la implementación de plantas potabilizadoras. La obra pública tendría un costo de 90 millones de pesos y garantizaría a los ciudadanos un abastecimiento del 100 por ciento.
No obstante, en agosto se presentaron denuncias que detallaban cómo los ciudadanos de la Gabriel Ramos Millán habían manipulado las válvulas de los pozos de la colonia para privar del servicio a los habitantes, esto con el fin de crear tomas clandestinas, de donde extraían el líquido con bombas domésticas para después venderlo en el floreciente negocio de la venta ilegal de agua.
Más tarde, en ese mismo mes, el director interinstitucional del SACMEX, Miguel Ricaño, y el delegado de Iztacalco acordaron que se recibiría apoyo de la Policía Federal para vigilar las zonas de construcción y detener a quienes incurrieran en dicho delito, tipificado como robo en la Ley General de Aguas del Distrito Federal.
No obstante, este problema ya era viejo. Colonos de las delegaciones Venustiano Carranza y Benito Juárez habían denunciado este problema en noviembre de 2015, mes en el que sus demarcaciones pasaron por la misma situación: reparación de infraestructura y construcción de pozos para darle fin a los tandeos.
El 25 de noviembre de ese año, el director general del SACMEX, Ramón Aguirre Díaz, declaraba en el noticiario de radio matutino la Red de Radio Red, con Sergio Sarmiento y Guadalupe Juárez, que el problema de la falta de abastecimiento no era la infraestructura sino la manipulación y robo en las válvulas del sistema de aguas.
El 11 de octubre el 2016 Aguirre Díaz, en el mismo programa, afirmaba que los problemas se debían a la mala infraestructura, falta de presupuesto, cuotas de pago insuficientes y, sobre todo, a la dependencia total del Sistema Cutzamala, el cual ya no se da abasto. Por ello, se ha recurrido a la perforación de mantos acuíferos, mejor conocidos como pozos.
Sin embargo, estas mismas excavaciones pasaron de tener una profundidad de 30 a 300 metros, lo que ha generado una sobreexplotación que “provoca más hundimientos, grietas y desnivelación del terreno”, explicaban Manuel Suárez y Joel Carrillo, investigadores del Instituto de Geografía de la UNAM.
A través de una solicitud de información al Instituto Nacional de Información y Atención al Público (INAI), se averiguó que las construcciones de pozos significaron un gasto de 79 millones 160 mil 585 pesos para el erario de la Ciudad de México.
De estos pozos, sólo el ubicado en la colonia Agrícola Pantitlán concluyó su construcción en mayo del 2016, por lo cual la empresa Innovación para el Desarrollo Ambiental Sustentable, S.A de C.V, cobró 55 millones 293 mil 324 pesos, aproximadamente el 61 por ciento de los 90 millones destinados para la “magna obra”.
Otro dato a tomar en cuenta es la experiencia de esta empresa. Ubicada actualmente en Hermosillo Sonora, Innovación para el Desarrollo Ambiental Sustentable, S.A de C.V sólo cuenta con seis años de experiencia en la materia, pues fue fundada en julio del 2010, mientras que Consorcio Ger S.A de C.V, a pesar de trabajar en este tipo de obras desde 1990, recibió un pago de 6 millones 90 mil 547 pesos.
Hasta el día en que se presentó este reportaje, no se pudo obtener información de las razones por las que se marcaron las diferencias de pago ni bajo qué fundamentos, las empresas ganaron las licitaciones.
¿Esperar el pozo o comprar agua ilegal?
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Esquina de Sur 177 y Oriente 210, donde la pipa de agua potable de la Delegación se detiene para llenar tambos y cubetas.
La calle Sur 117 se siente infinita. Desde la avenida Plutarco Elías Calles busco la intersección con Oriente 110, pero no hay señales que adviertan la construcción de los pozos de agua, tampoco trabajadores, cintas de precaución, polvareda… nada.
En la esquina de la calle Oriente 102 está pegado un letrero en el que se invita a los vecinos a hacer acto de presencia: “Vecino, el 29 de agosto preséntate en la Avenida del Recreo y Sur 177, para denunciar en el programa A quién corresponda la falta de agua. Es importante que nos vean unidos.”
Veo personas dispersadas. La calle acaba de despertar. Una manguera gorda, ancha, arrugada, idéntica a un tlaconete, salvo por el cuerpo baboso, escupe borbotones de agua que no veo. Sólo escucho como caen dentro de los tambos que almacenan unos 20 litros de agua. Todo ocurre dentro de una casa blanca, en secreto.
Probablemente la vendan como lo hacía Luis Enrique Marín Cosme, hombre ingenioso, no por vender el tambo en veinte pesos, sino por conseguir el uniforme de los trabajadores del SACMEX para hacer su negocio. Definitivamente, la necesidad saca las cualidades de la gente, aunque las encaucen para actividades ilegales.
El negocio es, en realidad, un secreto a voces. Eso les conviene a mujeres como Teresa, quien se lleva sus dos tambos repletos de agua. Mientras camina va contando el dinero. Uno, dos, tres, cinco…siete pesos. Junta las cejas al centro de la frente y ve de reojo al muchacho con el diablo y se da cuenta que no le alcanza para la propina. Se lamenta una y mil veces “¿por qué Diego es tan huevon?”. Llega y encuentra al chico de 16 años tirado en el sillón con una mano en el ombligo y la otra celebrando un triunfo de la Copa FIFA 2010 del XBOX 360.
Al lado vive Sonia. A ella no le va eso de andar comprando agua clandestina. Le gusta mantenerse recta porque el precio le exige esa rectitud. Termina de lavar los trastes con el agua gris que le sobró de la ducha de ayer. Al principio le parecía una porquería, pero con la escasez del agua se le ha ido quitando lo modosa.
Termina esa actividad y se sienta frente al reloj. Sus ojos se clavan en el minutero o quizás sólo espera a que sea la una de la tarde o a que un día de estos caiga agua del grifo de su cocina y no de una pipa del programa “Abastecimiento de Agua Potable para Todos”. Así se lee la etiqueta de la pipa que va entrando por la retorcida calle Sur 177.
Cuando sale, el borlote ya se armó. Hay un desfile de cubetas, tambos, tinas y hasta de herramientas de patente: una caja de verduras con cuatro pequeñas llantas, artefacto ideal para llevar y traer las cubetas; pero el hijo de Sonia no ve así el invento, para él es un carro de carreras, y le importa poco que otras 10 personas le ganen a Sonia el último suspiro acuoso de la pipa.
Los medidores siguen funcionando y los recibos llegan; pero no llega el suministro.
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January 15, 2017, 11:51 pm
Por Gabriela Jiménez Arellano
Ciudad de México (Aunam).- “¡Carlos, Carlos, Carlos!” coreaban entre gritos y aplausos los más de ocho mil iztacalquenses que asistieron el domingo 4 de octubre de 2015 a la toma de protesta de Carlos Estrada Meraz, en la explanada de la delegación Iztacalco. Caminaba sonriente y extendía las manos al cielo para saludar a los ciudadanos que gritaban a lo lejos “Carlos amigo, estamos contigo”. A los más cercanos les daba la mano, y hasta se permitía una selfie, una en la que luciera la corbata amarilla, color característico del Partido de la Revolución Democrática (PRD).
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Los danzantes aztecas le abrían el paso en una ceremonia prehispánica. Al ritmo de los tambores, el olor y humo del copal se mezclaba con el rosa mexicano de la carpa, los rojos de los penachos y el ritmo café de las castañuelas. El esposo de la ex delegada Elizabeth Mateos llegó fresco y amigable luego de retratarse como el titular de la delegación. Subió al templete y desde ahí les hizo saber que “Iztacalco es la delegación más pequeña de la ciudad, pero estoy convencido de que es la más grandiosa, con un gobierno orgullosamente de Izquierda”.
El principal objetivo de Carlos Estrada era llevar a la acción su ideología. Estaba convencido de que la continuidad del gobierno de su esposa sería su mejor arma y que, lo más importante, demostraría a los que votaron por José de Jesús Martín del Campo, candidato de Morena, que estaban equivocados.
Entonces ignoraba que los dimes y diretes no bastarían. Que las palabras “están locos”, expresadas afuera de la Asamblea Legislativa el 1 de octubre de 2015, tras tomar protesta en ese lugar, serían insuficientes y que lidiar con las exigencias ciudadanas representaría su mayor lío.
Estrada Mera también se daría cuenta que los regalos para la población no son suficientes, como los tinacos Rotoplas para resolver el desabasto de agua. La contienda política con Citlalli Hernández Mora, diputada y vecina local de su esposa, Elizabeth Mateos, quien en el próximo período delegacional ocuparía el cargo de representante legislativa en la Cámara de Diputados, también le daría problemas.
La izquierda
Si algo ha distinguido a Carlos Estrada, además de su fidelidad al PRD, del que siempre trae algún color o un discreto pin en su saco, es su militancia de izquierda, su sello continuo y persistente en sus discursos como precandidato y delegado electo.
Quienes lo conocen, recuerdan como solía hablar en público. Se levantaba de su silla plegable y avanzaba al frente del proscenio de concreto, en uno de los foros de los centros culturales o deportivos de Iztacalco, con sus jeans flojos de mezclilla, un saco casual, zapatos y con el botón del cuello de la camisa desabotonado.
Comenzaba a hablarles a las personas sobre el cariño, la admiración, casi veneración, que sentía por las personas con discapacidad. “Incluso valen más que los que no estamos en esas condiciones”, decía. Mostraba también su preocupación por las madres solteras, inquietud que lo motivo a establecer programas como “Bebé sano, mamá feliz”, juego de palabras que conservaría en la creación de los propios, como en el caso del plan hidráulico “Gota a gota el agua se agota”.
La oratoria y singular carisma fueron sus fuertes durante su campaña electoral. Algunos incluso ignoraron la cercanía que tenía con la entonces delegada de Iztacalco, personaje con quien los habitantes de la demarcación se mostraban inconformes por la inseguridad, la insuficiencia de los servicios públicos y los oídos sordos ante sus demandas.
Tal vez lo pasaron por alto porque algunos ciudadanos, como Siria Guzmán, votaron por Estrada Meraz no por simpático, sino porque “ya no queremos más partidos, te imaginas como se van a acabar el dinero, de por sí los que están, cuánto no se llevan, ahora si salen más partidos, pues más”, manifestaba en abril del 2015, cuando se postularon los recién nacidos Partido Encuentro Social (PES) y Partido Humanista (PH), así como el intento de conservarse otros como el Partido del Trabajo (PT).
Su talentoso trato con el pueblo tal vez era un don que lo acompañó por haber nacido en 1968, o meramente fue la práctica que adquirió desde que inició su militancia política en la Escuela Nacional Preparatoria No. 4 “Vidal Castañeda”, de la UNAM, cuando era líder estudiantil de izquierda, o cosechado en 1986, durante el movimiento del Consejo Estudiantil Universitario (CEU), el cual buscaba mantener la educación gratuita y el pase directo de las preparatorias y Colegios de Ciencias y Humanidades a la Máxima Casa de Estudios.
Siguió por esa línea que lo llevó a convertirse en cofundador del PRD, junto con Cuauhtémoc Cárdenas. Sus logros dentro del partido se fueron acumulando: Secretario de Jóvenes en el Primer Comité Ejecutivo; ser el candidato más joven en competir por una Diputación Federal por el Distrito Federal en 1994; Consejero Nacional del PRD; director de Participación Ciudadana en la delegación Tláhuac; Coordinador de Seguridad Pública y Subdelegado Jurídico y de Gobierno en la Delegación Miguel Hidalgo, así como asesor de Gobierno en la misma durante la Administración 2006-2012.
¿Sucesión o herencia?
En 2014 Armando Quintero, exdelegado de Iztacalco por el PRD, expresaba su deseo de regresar a la administración de la delegación, aunque también tachaba de militantes de una falsa izquierda a Elizabeth Mateos y Carlos Estrada. Los describía como trabajadores del viejo priismo, con programas sociales basados solo en regalar pañales, despensas y un sin número de artículos, en lugar de generar políticas públicas que resolvieran los problemas de inseguridad, pobreza y desigualdad social.
“No le he visto un planteamiento político ¿Qué opino? Que anda violando la ley, entregando juguetes que compra la delegación y que en reyes y el día del niño, la delegada lo metió a entregar los juguetes indebidamente, violando la ley. Que tiene oficinas en la delegación, tiene estacionamiento, como si fuera empleado, cuando no lo es. No lo conozco en una historia de aportes”, declaraba para el Observador de Iztacalco, un noticiario de la red, mientras se tallaba las manos constantemente y miraba fijamente a la cámara.
Pese a estas declaraciones negativas, a las que se sumaron las de la bancada de Morena, ganó las elecciones. El 4 de octubre del 2015 rindió toma de protesta, acompañado de su esposa y el entonces dirigente en el Distrito Federal del PRD, Raúl Flores.
La victoria no sólo fue para él, sino también para el resto de sus compañeros y para el partido en general, que lograron mantener su posición frente a sus principales contrincantes, los afiliados al partido de Andrés Manuel López Obrador, Morena. Tal como sucedió en Iztapalapa con Dione Anguiano y Clara Brugada.
En la toma de protesta, anunciaba que su gobierno sería uno de continuidad. Se enfocaría especialmente en las madres solteras, las personas con discapacidad, entregaría tabletas electrónicas, zapatos y uniformes a los chicos de secundaria, pondría en marcha el programa “Cero baches”, instalaría un Sistema de Alerta Vecinal, a través de una aplicación en el celular y se crearía un plan hídrico para resolver los problemas de abastecimiento.
Gobierno, carisma, fotografías… ¿y los ciudadanos?
Cuando recién ganó las elecciones, Carlos Estrada apareció en A quien corresponda, con Jorge Garralda, programa de televisión Azteca con tintes de periodismo en defensa del ciudadano. Se veía a un delegado relajado, tranquilo, con manos entrelazadas y contestando a preguntas generales, que lo llevaban a afirmar entre risas que no bajaría la guardia y “aceptaba el paquete”.
Pero esta no sería la única ocasión en que el delegado visitaría el foro. Se presentaría una segunda vez para adherirse a la campaña del “Juguetón” y, además, prestaría la explanada delegacional para que la gente fuese a hacer la entrega de sus juguetes para dicha campaña.
En ese mismo año y lugar se presentó la Academia de Venga la Alegría. Se alzaban los celulares para grabar el tan esperado evento, más concurrido que otras ferias culturales, más que los conciertos de SKA con protestas de izquierda o la exposición de Rockabilly que se lleva a cabo cada año. No se presentó un informe donde se detallara la derrama económica o el por qué se incluían este tipo de espectáculos.
Esta es una de las caras de Carlos Estrada. El “delegado de la fiesta”, siempre accesible para tomarse fotos, el de los conciertos, el que entrega tabletas electrónicas (aunque éstas ya hubieran sido incluidas en planes educativos federales), el que se sienta a la mesa con personas con discapacidad y se echa el bailongo con las señoras y los niños. El que asiste a las obras públicas y recibe agradecimientos de los directores de las escuelas primarias de Iztacalco por las reparaciones en los planteles.
También está el lado opuesto de la moneda. Las quejas de los ciudadanos, quienes afirman que el abastecimiento de agua se agrava día con día, al grado de manifestarse frente a la delegación y las principales avenidas de Iztacalco, como reportarían los diarios El Universal, La Jornada, Milenio y Reforma bajo encabezados como “Llega agua a Iztacalco dos minutos al día”, “En la Agrícola Oriental siguen las protestas por el desabasto”, “Padece 80% por agua”.
Otros como Silvino Núñez, locatario del Mercado Sur 16 y protestante en contra de la construcción del Chedraui, opinan que no cuentan con el actual delegado. “Fuimos a la delegación a presentarle nuestras quejas y ni siquiera nos recibió, nos dejó esperando. Mejor la diputada Citlalli Hernández nos puso en contacto con otros mercados para que nos apoyaran, pero de él no recibimos nada”.
En el canal de Youtube de la delegación Iztacalco son visibles todas las entregas, la asistencia del representante a los congresos, el trabajo continuo con las dependencias del gobierno capitalino. Al parecer se han cumplido las propuestas que se difundían bajo el hashtag #QueMePregunten. Sólo el tiempo podrá responder si hay algo más allá o no del festejo, las entregas y la inconformidad de la ciudadanía.
Imagenes: Archivo.
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January 18, 2017, 7:13 am
Por Bernardo Uribe Valdés
Ciudad de México (Aunam). Es una pequeña casa de dos pisos pintada de verde pistache, ventanas largas que llegan desde el techo hasta el suelo, protegida por cortinas viejas de encajes blancos. Adentro, docenas de historias puestas en pausa que esperan el repentino interés y la oportunidad de ser revividas.
Casa para Abuelos A.C. es un asilo privado para adultos mayores ubicado en la esquina de Circunvalación y División del Norte, en la Colonia Atlántida, en la delegación Coyoacán. Es una edificación humilde y escondida entre el tumulto de la gran ciudad.
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Una puerta roja de metal es la única barrera entre la calle y la sala donde los 15 habitantes suelen pasar todo el día viendo la vieja televisión que se encuentra en el centro del cuarto; las telenovelas son uno de los distractores mas populares y es, en realidad, la mejor forma de llevar cuenta del paso del tiempo.
Sillones de color obscuro, forrados con plástico, y fotos en blanco y negro son parte del mobiliario; al fondo, una larga mesa de madera es el punto de reunión predilecto de los residentes de la casa, pues la hora de comer nunca pasa desapercibida y sirve como el principal momento del día para convivir.
En el comedor todos comparten sus historias y lo más importante de sus días: la trama de su programa favorito o lo más novedoso en la vida de sus hijos y nietos. Todo se comparte entre ellos. Datos bibliográficos y las historias que se cuentan permanecen encerradas entre las cuatro paredes blancas que los rodean.
El personal de la Casa para Abuelos incluye dos cocineras, cinco enfermeras, dos médicos y un administrador que se encarga de las finanzas y el manejo económico del lugar. Ellos también forman parte de la comunidad. Todos se conocen y se cuidan entre sí.
Conforme se recorre los estrechos pasillos del asilo se observan distintas fotografías. Cada una de ellas fue colocada por su autor o por la persona que sirve como modelo. Todas tienen un significado y un propósito: aferrarse al pasado y ser el recuerdo de aquellos tiempos donde todo era diferente.
“Ya ni sé cuántos años tengo”
“Esta era yo de joven, cuando tenía como tu edad. Era muy popular entre los muchachos, pero mi mamá no me dejaba tener novios. Solía pelearme con ella por eso y me salía a escondidas por las noches para ir a bailar con mis amigos, pero cuando me hice vieja entendí a mi pobre madre. Ella sólo quería lo mejor para mí, ahora se lo agradezco”.
María del Rosario Ávila sostiene una vieja fotografía con un marco de madera mientras me cuenta las anécdotas de cuando era una muchachita viviendo en el Estado de México. En la foto que dispara sus recuerdos se observa a una jovencita con un vestido blanco que le daba hasta las rodillas, trenzas aún más largas y unos zapatos negros de charol. Como fondo se ve la Basílica de la Virgen de Guadalupe.
“Esta foto es de cuando vinimos por primera vez a la ciudad, tendría como 18 años, mi mamá estaba tan emocionada por visitar a la virgencita que hasta nos compró ropa nueva solamente para ir a rezar”. Sus ojos se cristalizan por los recuerdos, se disculpa por la inconveniencia y se retira.
Rosarito, como la llaman de cariño, es otra señora de aproximadamente 70 años. Sin embargo, me resulta imposible afirmar mi suposición porque cuando le pregunto su edad, se niega a decírmela con una sonrisa sutil y la frase “estoy en la edad en donde ya ni sé cuántos años tengo”.
Ella es originaria del municipio de Amecameca, ubicado al oriente del Estado de México, donde vivió su niñez humildemente, resultado de ser la hija única de Juan Ávila y Elsa Chávez, una pareja de campesinos. “Mis papas tenían un pedacito de tierra donde cultivaban maíz. No era mucho, pero nos daba para comer”.
Cuando acabó la preparatoria decidió venirse para la ciudad a trabajar como secretaria. Ahí fue donde conoció a su esposo, Roberto Martínez. Juntos tuvieron dos hijos y después de más de cuarenta años de matrimonio, ella enviudó. A raíz de esto su salud empezó a deteriorarse hasta ser diagnosticada con diabetes. Sus hijos decidieron que el asilo sería el mejor lugar para su cuidado. Ella está de acuerdo.
“Ellos trabajan muy duro, ninguno se ha casado, así que decidimos que estaría más cómoda aquí. Para serte sincera, al principio no me gustaba, pero después hice amigos, y ya no me imagino viviendo en otro lugar. Mis niños todavía me visitan, cada semana. Estoy feliz, y solamente les pido una cosa, que ya me den aunque sea un nietecito”.
Rosarito está feliz con su situación. Todos los días se levanta a las 7 de la mañana. Desayuna casi siempre lo mismo –avena con fruta y leche–, ve sus telenovelas y teje incansablemente cobijas y suéteres para sus futuros nietos. Es la más alegre de la casa, es amiga de todos.
“Aquí todo son como mis abuelitos”
Casa para Abuelos A.C. es uno de los muchos asilos para el cuidado de los ancianos en la ciudad. De acuerdo con el listado oficial de albergues, casas hogar, asilos, estancias y casas de días para adultos mayores de la Ciudad de México, publicada por la Secretaría de Desarrollo Social y la Dirección General del Instituto para la Atención de los Adultos Mayores, existen en la capital alrededor de 150 instituciones dedicadas al cuidado de los adultos mayores.
La mayoría de ellas son de carácter privado y comparten una peculiar característica: su población no excede los 15 habitantes en promedio, suelen ser instalaciones simples y siempre prometen un trato personal y basado en el respeto.
Su contraparte pública es otra historia. Estas instituciones tienen la mayoría de las veces sobrecupo y las instalaciones no son las mejores. Sin embargo, el cuidado y la atención son las adecuadas, sobre todo si se considera la falta de presupuesto y la negligencia y olvido que sufren estos centros por parte del gobierno.
Rogelio Torres Cruz es el administrador de la Casa para Abuelos A.C. De acuerdo con su experiencia, las instalaciones públicas sufren de muchos abusos burocráticos, y los ingresos que reciben nunca son suficientes para satisfacer a toda su población, cuya única alternativa a una vida digna es la estancia dentro de los asilos.
“Trabajé muchos años en una casa hogar pública para ancianos en la delegación Xochimilco y sufríamos bastante. Todos los días teníamos que lidiar con inquilinos nuevos que estaban claramente mal de salud, y allí pues no teníamos los recursos para ayudarlos bien”.
“Llegaban muchos indigentes a buscar refugio en las noches o un plato de comida caliente en las mañanas. A veces me daba mucha pena tener que negarles la atención, pero quedaba fuera de mis manos ayudarlos. No te puedo contar las veces que peleé por más presupuesto, pero hablar con la Delegación es como hablar con la pared”.
Rogelio se graduó de la carrera de Servicio Social en 2001, con una tesis sobre el cuidado geriátrico institucional y la importancia de la atención especializada para adultos mayores. Y aunque desde que salió de la escuela ha trabajado en medios relacionados con el cuidado geriátrico, fue desde niño que supo que le dedicaría su vida a esta profesión.
“Cuando era niño mis papás trabajaban mucho. Casi siempre se levantaban a las 5 de la mañana y regresaban a casa como a las 10. Hicieron hasta lo imposible para darme a mí y a mis hermanos una vida mejor. Les agradezco todo a ellos, sin embargo, fueron mis abuelos quienes nos criaron”.
Sus abuelos fueron la fuente de inspiración para su vida. La pareja de ancianos les enseñó a los niños Torres Cruz desde la importancia de la amistad y el significado del verdadero amor hasta cómo preparar una sopa de verduras y, sobre todo, a nunca dejar de seguir sus sueños.
Todo esto lo cuenta Rogelio con una gran sonrisa. Es un hombre de 40 años de edad, estatura mediana, piel morena y ojos negros y saltones. “Mi abuelita decía que me parecía a José Alfredo Jiménez, por mi nariz y mis cachetes”. Es el orgulloso padre de dos niñas y desde hace cinco años dirige el alberge con mucha pasión.
“Aquí todos son como mis abuelitos, me recuerdan mucho a ellos. Es por eso que me gusta mucho mi trabajo, disfruto sabiendo que ayudo a que ellos tengan una mejor vida y hacerles ésta, su última etapa, más placentera”.
La evolución de los asilos
En Casa para Abuelos A.C. todo transcurre de acuerdo con el itinerario, al son de las manecillas del reloj. Las actividades planeadas para los residentes incluyen, pintura, macramé, clases de tejido e incluso baile, sobre todo danzón, una vez al mes.
Para ingresar al asilo se tiene que pagar una mensualidad de cinco mil pesos, y los servicios incluyen tres comidas diarias, atención personalizada y cuidado médico en todo momento.
De acuerdo con un artículo publicado en el portal en línea de La Unión, por Liliana Peralta Rivera, hace cincuenta años no se hablaba de residencias geriátricas; no existía el término porque no había muchos adultos mayores.
Sin embargo, hoy en día el promedio de vida es de 80 años, por lo que las personas tienden a una vida más duradera. Las razones de este dato van desde los avances médicos y tecnológicos hasta el hecho de que el estilo de vida ha cambiado radicalmente en comparación con generaciones pasadas.
Los asilos no son la única opción para aquellos que buscan una vida de tranquilidad. También existen las llamadas residencias geriátricas. Éstas cuentan con un programa de intervención, en el cual se contempla las mejores actividades que pueden y deben realizar las personas mayores.
En estas residencias se cuenta con personal especializado: enfermeras geriátricas o gerontológicas, expertas en tratar con ancianos, médicos geriatras, nutriólogos que diseñan menús especiales para hipertensos o para diabéticos, trabajadoras gerontológicas y psicólogos geriatras.
Paula Aranda Flores, psicóloga de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), especialista en métodos de reintegración social, comenta que los programas para personas adultas mayores deben de desarrollar sus capacidades físicas e intelectuales, así como sus habilidades sociales ya que es un aspecto muy importante durante la vejez.
“Crear programas para devolverles la relevancia que han perdido en los últimos años dentro de la sociedad, es indispensable para poder empezar a desarrollar sus derechos. Cada vez que se ignora a los adultos mayores o se les discrimina se está haciendo una exclusión con efecto boomerang, ya que tarde o temprano nosotros también envejeceremos”, dijo la psicóloga.
Hace cincuenta años, sólo se hablaba de asilos, y era una palabra inusual porque las personas normalmente cuidaban a sus mayores, que tenían alrededor de 45 y 50 años. No llegaban a conocer muchas de las enfermedades crónico-degenerativas que se manejan hoy en día, porque la gente moría joven.
Rogelio me dice que su asilo puede no ser el mejor equipado o el mejor de la zona, pero los residentes son felices, y eso es lo único que importa. “Somos uno de tantos, pero uno no hace esto por reconocimiento o mucho menos por dinero, así que ser una competencia para las grandes corporaciones que se dedican a esto, no es nuestra prioridad.”
“Mí día favorito es el domingo”
Los días transcurren sin mucho problema. El tiempo ya no es aliado ni enemigo, tan sólo un simple espectador que pretende poner atención. Pero hay un día que, jurarían ellos, dura más y siempre tarda en llegar. Aquí los domingos son mejor conocidos como los días de visita.
Víctor González Olguín se prepara para recibir a sus invitados. Desde muy temprano ha bajado de su habitación, muy arreglado, para esperar a que den las 12 del día, hora en que siempre llegan a verlo esos rostros familiares que se niegan a desaparecer de su memoria.
“Es el día predilecto para las visitas, hasta pareciera que se ponen de acuerdo todos nuestros familiares para venir este día. La familia llega desde temprano y no se va hasta después de que anochece. A mí vienen a verme mi hijo y mi nieta, que ya va a cumplir 8 años. Es un monstruo, se la pasa brincoteando de aquí para allá. Son mi razón de vivir”.
Víctor es relativamente nuevo en el asilo, lleva poco más de un año. La razón principal de su traslado fue la muerte de su esposa. Después de toda una vida junto al amor de su vida, Víctor se quedó solo en una casa demasiado grande para su soledad. Su hijo estaba preocupado, pues Margarita, su difunta compañera, era su única amiga.
“Tienes que hacer más amigos papá, no está bien que te la pases solo en la casa pensando en el pasado”, ese fue el argumento de su hijo para llevarlo al asilo. Y aunque se resistió, finalmente cedió a sus exigencias. Nunca estuvo del todo convencido, pero ya no quería pelear, y quizás en el fondo sabía que él tenía razón. Ya no le gustaba estar solo.
Víctor es un señor de 85 años, un poco testarudo y gruñón pero que al final del día termina siendo el más sociable. Su pelo completamente blanco está peinado hacia atrás con gel, no deja ningún pelo fuera de su lugar. Es uno de los más altos y siempre se viste con unos pantalones caquis, camisa de manga corta y chaleco con figuritas dibujadas.
Su mirada es fija y cuando te ha puesto los ojos encima, será difícil quitártelos. Es el típico abuelito que asusta a los niños, pero termina dándoles galletas y jugando con ellos. Él asegura que su edad siempre se reduce y su energía aumenta cuando su pequeña nieta lo visita. Sus ojos se iluminan al verla y saca fuerzas sobrenaturales para cargarla, darle vueltas, bailar con ella y seguirle el paso.
El ambiente está cargado de risas. En la larga mesa de madera de la sala hay tres pares de abuelos con sus respectivos hijos. Unos se ponen al corriente con las buenas nuevas de la familia, otros juegan cartas o dominó con sus nietos. Otros tantos miran el partido de futbol y fingen aún saber todo acerca de deportes. Todos tienen su pequeña distracción.
La cocina siempre es un descontrol porque todas las “abuelitas” quieren preparar su platillo favorito para deleitar a sus nietos. Pero debido al reducido espacio y escasa materia prima, muy pocas logran su cometido.
“Antes nos peleábamos para ver quién preparaba la comida, ahora ya sólo nos turnamos”, cuenta Doña Coco, residente conocida por su receta de albóndigas. Así todas tienen la oportunidad de demostrar quién es la mejor cocinera.
Los pocos niños visitantes juegan entre sí, corren por los pasillos y después de casi romper un florero, son regañados a coro por sus respectivos abuelitos. Ahora el reducido grupo no tiene más remedio que sentarse a ver la televisión. Su jovial energía choca con la centenaria actitud de los habitantes de la casa. El choque generacional nunca es fácil.
“No te creas, si me duele dejarlo aquí pero, ¿qué otra opción tengo? Yo trabajo todo el día y por su edad me daba miedo dejarlo solo, una vez se cayó de las escaleras y casi ya ni lo cuenta. Necesita atención y es por eso que aquí vive mejor”. Karla, hija de uno de los habitantes del asilo, se convence a sí misma que este es el lugar más seguro para su padre.
“Ella fue la que me convenció, me decía que se sentía sola y que necesitaba convivir con personas de su edad. No me agradaba la idea, pero poco a poco me empezó a gustar. Es una comunidad pequeña y veo que mi mamá está feliz”, dice Alondra mientras mira a su madre a lo lejos.
Todos los comentarios de los familiares se inclinan más o menos en la misma dirección. Nadie quería afrontar la cruda realidad de que necesitaban ayuda. Nadie creía desde el principio que un asilo seria lo correcto. Aún en la actualidad es un tema tabú y que la gente suele evitar.
Las personas siguen pensando que llevar a un adulto mayor a un asilo es sinónimo de abandono o negligencia, pero la verdad es que los familiares que lo hacen tienen las mejores intenciones: proporcionar cuidado y atención a sus seres queridos.
“Supongo que la vida no es perfecta”
Quizás la vida dentro de un asilo no sea lo que todos imaginamos para el futuro, pero poco a poco el estigma que gira alrededor de las casas hogar se ha ido perdiendo. Cada vez más personas lo consideran como una opción viable y el concepto se ha popularizado.
Un grupo de jóvenes suele reunirse en el pequeño parque que se encuentra en un camellón cerca de la Casa para Abuelos A.C. Son vecinos de la colonia que pasan diariamente frente del asilo y nunca lo habían notado. La vejez está lo suficientemente lejos como para pensar en ella.
Rodrigo, uno de los más jóvenes, se muestra sorprendido cuando les revelo la existencia de este lugar. “Nunca me había fijado, pensé que era una casa normal”. Todos se sorprenden, pero la pregunta sobre si ellos lo harían los deja reflexionando. Tardan en contestar.
“Yo nunca lo haría porque sería como darle la espalda al problema”, comenta Tania Muñoz Olvera, una chica de pelo rubio, ojos claros y rostro confundido. Su respuesta fue la primera, y con eso abrió un breve debate sobre el tema. Los demás dudan en la postura que tomarán.
Julio, uno de los más grandes, dice que su abuelito esta en un asilo y lo visita frecuentemente. Sin embargo, la decisión de ponerlo ahí dividió a su familia y causo muchos problemas. “Yo creo que está bien, mi abue es feliz y aunque lo extraño al final todos entendimos que era lo mejor para él”.
Uno de los últimos en hablar es Rodrigo, un chico de semblante tímido y reservado. “No quiero imaginarme en un lugar así, yo me veo envejeciendo rodeado de mis seres queridos, sobre todo en mi casa, pero supongo que la vida no es perfecta y da muchas vueltas inesperadas, y creo que si al final del día te encuentras rodeado de gente que se preocupa por ti, no puede ser tan malo”.
Las instituciones dedicadas a las personas de la tercera edad
El envejecimiento de la población es un hecho universal y según el Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores (INAPAM) este sector es considerado como una población de alto riesgo por lo concerniente a sus problemas sociales y de salud.
El aumento del número de las personas adultas mayores ha provocado intensos debates públicos sobre temas como costos de seguridad social, atención de la salud e inversión educativa, así como la calidad de vida que se le puede ofrecer a la población que se encuentra en vulnerabilidad por su vejez.
De acuerdo con datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), en 1950 el porcentaje de envejecimiento entre la población mexicana fue de 7.1 por ciento; en 1975 descendió a 5.7; en 2000 subió a 6.9; en 2025 se incrementará a 13.9 por ciento y en 2050, a 26.5 por ciento.
Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), se estima que en 2020 el promedio de vida será de 79 años, y en 2050, aumentará a 81. Rosaura Avalos Pérez, académica de la Escuela Nacional de Trabajo Social (ENTS) de la UNAM, afirma en un comunicado publicado en el portal en línea de dicha institución que “para entonces, más de la cuarta parte de la población en México será vieja”.
Este problema de envejecimiento se puede observar con mayor facilidad en la Ciudad de México, ya que de acuerdo con el libro La situación demográfica de México 2015, editado por el Consejo Nacional de Población (CONAPO), las entidades con mayor proporción de adultos mayores se concentran en la región central del país.
Ante esta situación, el INAPAM emprendió acciones para crear unidades gerontológicas que dieran respuesta a las necesidades básicas de este grupo poblacional como son: albergues, residencias de día, centros de atención integral, centros culturales y clubes.
Los albergues dan una respuesta institucional específica a quienes carecen de familia y oportunidades de sobrevivencia. Brindan servicios interdisciplinarios como son atención médica, de enfermería, psicológica, gericultismo, acciones de trabajo social, recreación y cultura, alimentación balanceada y equilibrada de acuerdo con sus actividades y enfermedades, así como alojamiento.
Las residencias de día son una alternativa de atención integral y un apoyo a las familias para que dispongan de tiempo para actividades personales. El adulto mayor recibe los mismos servicios que en los albergues, pero con un horario matutino que le permite retirarse por la tarde a su domicilio.
Los centros de atención integral ofrecen una mayor oportunidad en el diagnóstico y tratamiento de las enfermedades en la vejez. Asimismo, los centros culturales y clubes son como aulas del saber donde se imparten diversas materias, artes plásticas y talleres, lo que mejora la socialización, calidad de vida y economía de las personas adultas mayores.
Todas estas instituciones tienen como misión satisfacer las necesidades de las personas en riesgo de abandono, encargándose de proporcionar refugio, atención y alimentos a aquellas personas vulnerables que quizás no tengan nada ni a nadie.
“El compromiso social por delante”
El administrador de Casa para Abuelos A.C. hace hincapié que este no es un negocio millonario y los que se dedican enteramente a esto, lo hacen por “amor al arte”. “No se gana mal, a mi me ha dado para mantener a mi familia, pero no es un negocio al que le interese principalmente las ganancias, sino que se pone el compromiso social por delante”.
Casa para Abuelos A.C. es un lugar para observar el paso de los días. Está rodeado de personas maravillosas que ven lo extraordinario en lo más simple, ese don que se ha ido perdiendo con los años. Los abuelitos que viven ahí tienen, cada uno de ellos, una historia que vale la pena contar.
Fotos: Pixabay
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January 18, 2017, 3:44 pm
Por Montserrat Antúnez Estrada
Fotos de Jacqueline Ponce
Ciudad de México (Aunam). Más de 80 agrupaciones de distintas partes del mundo conforman el cartel de la decimoctava edición del Festival Iberoamericano de Cultura Musical Vive Latino, que se realizará el 18 y 19 de marzo. En palabras de Jordi Puig, creador y director del festival: “La intención durante estos años ha sido reinventarse”.
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Respecto a la inclusión de músicos de géneros distintos al rock como La Sonora Santanera y Bronco, Sabo Romo, ex bajista de Caifanes, recalcó la importancia de dejar atrás las categorías porque lo importante es que: “La música nos une y eso es lo que hacemos todos los que estaremos en el festival”. Por su parte Jordi Puig invitó a ver al evento como algo integral: “El festival le pertenece a la gente, por lo que hay que tratar de entender la programación desde distintos ángulos, desde los headliners, las bandas grandes, músicos independientes y agrupaciones nuevas”.
Algunas de las bandas que integran el cartel son: Enanitos Verdes, los Babasónicos, los Caligaris, Jarabe de Palo, el músico Jake Bugg, Los Fabulosos Cadillacs, La Barranca, Little Jesus; también Meme, la cantante Mon Laferte, Julieta Venegas, Justice, entre otros.
Novedades para la XVIII edición
El festival con sede en el Foro Sol contará por primera vez con un área para la estancia de niños y niñas. El espacio se llamará “El Parque” y tiene el objetivo de ser un punto de reunión familiar con comida, baños y actividades especiales para los menores. La creación del lugar surgió porque los organizadores están conscientes de que, con el transcurso de los años, el Vive Latino: “Se ha vuelto un evento cada vez más familiar”, mencionó Javier Puig.
Durante una conferencia de prensa realizada en el Teatro Metropolitan también se anunció el lanzamiento de la aplicación “Vive Latino 2017”, que ya está disponible en Google Play y Apple Store, y contiene la información actualizada de los horarios así como la localización de los escenarios.
Distribución de actividades
El Vive Latino contará con cinco escenarios: Escenario Indio, Escenario Indio Pilsner Plata, Escenario VL, Carpa Doritos y Carpa Intolerante. Además habrá zonas de esparcimiento como distintos puestos del Tianguis Cultural del Chopo y por séptimo año consecutivo se instalará la Carpa Ambulante, en donde se proyectarán los documentales “Oasis: Supersonic”, “Hasta la raíz”, “Austin City Limits: una canción para ti”, “Esto es lo que hay”, Panoramas”, “Bellas de noche”, “Paax” y “Fonko”.
En esta edición se contará por segunda ocasión con la Carpa Casa Comedy, en donde algunos de los comediantes que se presentarán son: Fran Hevia, Ricardo Quevedo, Carlos Ballarta y Ana Julia Yeyé. Con la intención de hacer accesible el evento a personas con discapacidad participará la organización Restar, encargada de ayudar con la logística del festival.
Durante los dos días del Vive Latino se activará el programa Regreso Seguro, organizado con ayuda del Instituto de la Juventud (Injuve) y el gobierno de la Ciudad de México, en el que distintas rutas de transporte público darán servicio hasta terminar el evento; además de implementarse el programa de camionetas Tlaneplantla Te Lleva.
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January 20, 2017, 6:24 am
Por Cinthya Salas Bonola
Ciudad de México (Aunam). Entre claveles blancos recién cortados, dalias anaranjadas que reflejan la luz en las gotas dejadas por el riego, rosas apiladas en montones del tamaño de un automóvil compacto y girasoles de la altura de una mesa promedio, se encuentran ellos, locatarios de la tercera edad en el mercado de Jamaica que luchan con la habitual ironía de mantener un trabajo que exige juventud, frescura y vigor.
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Ubicado en avenida Guillermo Prieto número 45 de la delegación Venustiano Carranza en la Ciudad de México, este mercado ha sido un fiel testigo del paso del tiempo. Son flores el producto primordial que ofrece el lugar, donde de los más de mil 150 locales, tan sólo 312 venden artículos de distinta índole.
Los pasillos del recinto asemejan un laberinto. Uno de ellos es un vaivén de diableros, cargadores de capullos de diferentes plantas, y de personas que van con dos o tres acompañantes.
Los locales son de lámina o de cemento, con acabados en azulejo, madera o tablaroca. La mayoría de ellos son de dos pisos; unos tienen balcones y otros ventanales que reemplazan la pared. Parecen pequeñas casas, cuyos habitantes se dedican meramente al comercio. Uno de los locales más populares es “El Pato Lucas”, cuya magnitud alcanza las seis sucursales dentro del mismo mercado.
Los comerciantes de edad adulta se encuentran dispersos por todo el lugar: en el pasillo de los elotes – donde las degustaciones llegan sin falta a los asistentes –, en el de las piñatas, en el de arreglos funerarios y la estación de camiones distribuidores. Quitan espinas, barren, riegan flores, empaquetan, acomodan mercancía, realizan decoraciones o atienden a la clientela; todo con la velocidad y esfuerzo posibles a tan avanzada edad.
“¿Qué si deja? Mire señorita, si no dejará no llevaría 50 años aquí”, se oye desde el local número 51, en el pasillo principal número dos, mientras las manos pequeñas y arrugadas de Maura Navarro, de aproximadamente 60 años, amarran tulipanes amarillos en ramos de diez flores cada uno.
Maura es uno de los locatarios de la tercera edad que viven de lo que el mercado les permite. Rodeada de nubes rosas, “florecitas muertas” y plantas de ornamento, que van de los 10 a los 30 pesos, asegura que vender flores le ha dado para vivir tranquilamente.
La anciana de mandil rosa, tez morena y ojos cafés atiende sola su lugar de trabajo. No tiene hijos y es viuda desde hace ya algunos años. Atenta a sus clientes, logra vender un ramo de 10 pesos. Recibe una moneda dorada, la mira y la guarda en la bolsa derecha de su pantalón negro de vestir para continuar con su labor al grito de “¡Qué va a llevar güerita, caballero, pregúntele!”.
Su ahora trenzada y blanca cabellera es el reflejo de su avanzada edad: “Antes vendía nopales en cualquier mercado, pero descubrí las flores, y aquí sigo”, frase que termina con una instantánea sonrisa.
Los mercados y la seguridad social
El Reglamento de Mercados del Distrito Federal, emitido en 1951, define mercado como “el lugar o local, sea o no propiedad del Departamento de la Ciudad de México donde ocurra una diversidad de comerciantes y consumidores en libre competencia, cuya oferta y demanda se refieran principalmente a artículos de primera necesidad.”
Bajo este reglamento, los 329 mercados registrados por el gobierno de la ciudad deben cumplir un conjunto de reglas y leyes diseñado para que los locatarios puedan administrar y manejar sus puestos de trabajo. Sin embargo, no se hace mención alguna a ningún tipo de seguridad social para los trabajadores.
Según Eduardo Macías Santos, la seguridad social se refiere a “un sistema general y homogéneo de prestaciones que tiene como finalidad garantizar el derecho humano a la salud, la asistencia médica, la protección de los medios de subsistencia y los servicios sociales necesarios para el bienestar individual y colectivo, mediante la redistribución de la riqueza nacional, especialmente dirigida a corregir supuestos de infortunio”.
La falta de apoyo gubernamental a los vendedores de mercados afecta, principalmente, a las personas de la tercera edad – ciudadanos de 60 años o más–, quienes en el 2015 representaron el 11% de la población económicamente activa, según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
La misma fuente precisa que dentro de ese grupo de personas de edad adulta económicante activa, alrededor de un 50% trabaja por cuenta propia. Una nota del periódico La Jornada en el 2015 sobre indicadores laborales del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) indica que la principal actividad de dichas personas recae en el comercio informal.
De acuerdo con un análisis del portal Sin Embargo publicado en el 2015, las personas de la tercera edad que se dedican a este tipo de actividad se presentan ante la difícil tarea de encontrar un trabajo bien remunerado, debido a que su labor apenas equivale al pago de dos salarios mínimos diarios.
Cadena floral
Las rosas ya no la espinan, los tulipanes ya no la sorprenden, la humedad dejó de molestarle. Simplemente se ha cansado. 40 años de labor continua han dejado a Rocío del Monte indiferente ante la diversidad de plantas y flores que hay: “No me molesta el trabajo, lo que me molesta es no poder dejar de hacerlo”, esto para seguir cubriendo sus gastos básicos, frase que culmina con un suspiro.
El caso de Rocío ejemplifica el problema económico originado por la imposibilidad de acceder a la seguridad social, misma que se brinda mediante la pertenencia a instituciones como el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), el Instituto de Seguridad Social y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), el Instituto de Seguridad Social para Fuerzas Armadas Mexicanas (ISSFAM) o el Instituto de Protección Social, mejor conocido como Seguro Popular.
Cabello corto color café, tez morena, manos tierrosas, todo acompañado de un par de ojos negros que no miran a otros, que se hunden en hojas y tallos cortados. Rocío es la dueña de un local ubicado al oeste del mercado, cerca de la salida que da a la avenida Congreso de la Unión. Fue una herencia familiar, ya que fue adquirido por su abuelo en un principio.
Su local no es como los otros, no tiene azulejos, madera o aluminio, tampoco posee una planta alta con grandes ventanales, sólo hay un cuarto del tamaño de un baño promedio. Paredes de ladrillo rojo desgastado encierran las rosas, claveles y nubes que vende por ramo, a un precio de 30 pesos cada uno. No hay letreros que anuncien su producto, su voz es su instrumento principal.
Un foco de apagado y cubierto de polvo permanece inerte sobre la cabeza de la vendedora chilanga, mientras ella con un gancho afilado saca espinas de flor en flor. “Yo comencé a trabajar a los 14 años, mi mamá me trajo aquí”, confiesa y continúa su labor.
Rocío, de 60 años, forma parte de los locatarios de la tercera edad que durante toda su vida no se han dedicado a otra actividad más que a vender sus flores, por ello ha sido testigo del paso del tiempo tanto en el mercado, como en su propio cuerpo.
“Antes no había techo, estábamos bajo el sol, la lluvia o lo que nos tocará”, levanta su regordete brazo y señala con su dedo índice el techo de aluminio que cubre todo el mercado.
-¿Cómo describe su trayectoria como locataria?
-Cansada- contesta apresuradamente
-¿Le gusta su trabajo?
-No. Ya no me gusta, ya no es como antes
Rocío narra cómo la rutina terminó con su amor por vender, ya que no puede dejar de trabajar, pues la necesidad por mantenerse económicamente estable es más que el desgaste y la fatiga.
“Mi hija me ayuda, pero no es suficiente”. Rocío no puede dejar el negocio floral, ya que no importa cuántos años tenga en labor activa, los locatarios de la tercera edad en el Mercado de Jamaica, como en cualquier mercado de la Ciudad de México, no son acreedores a ningún tipo de ayuda gubernamental.
La opción son “los ahorritos”, mismos que realiza para cualquier emergencia, en especial una enfermedad. Cada que logra alguna venta, una parte va para las emergencias. El sábado es el día en que más vende; por ello los sábados son intocables, este día siempre se trabaja.
Sin embargo, su avanzada edad la mantiene en cámara lenta. La señora del Monte se mueve poco a poco, cuida no estirarse de más, de no moverse con tanta prisa, de no cargar demasiado peso y de no agacharse con brusquedad, ni durante un lapso prolongado. Esas condiciones ya no le permiten trabajar de sol a sol, porque “Jamaica nunca cierra”.
La posición de su local dejó de ser favorable desde que el mercado se amplió, ya que los puntos de venta más concurridos cambiaron de posición, lo que dejó al puesto de Rocío oculto a la vista. Sin embargo, asegura que ese local es su segunda casa, aunque venda o no, aunque los clientes vean su local de pasada, “atender el local es una tradición que no se debe romper”, exclama.
Esta tradición ha dado a este sitio cierto prestigio que lo distingue de otros mercados de la ciudad. “Por mis papás”, “mis abuelos venían”, “que es famoso por su antigüedad”, fueron las respuestas más frecuentes dadas por los clientes consultados.
Los visitantes del mercado consideran que los mayores obstáculos para las personas de la tercera edad a la hora de laborar en un mercado son el horario, el traslado y carga de mercancía, además de las condiciones físicas del espacio.
Rocío se prepara cada día para vender flores, las mismas que le han dado libertad en el aspecto económico, pero que también, con el paso del tiempo, han terminado encadenándola, pues no las puede abandonar.
Ante la falta de seguridad social y la imposibilidad de jubilarse, los locatarios de la tercera edad se enfrentan a las dificultades de conseguir ayuda gubernamental para su sustento, esto mediante apoyos económicos como el Programa Universal de Pensión para Adultos Mayores “70 y más”, el cual tiene como beneficiarios tan sólo a 4.9 millones de veteranos, de los 7 millones 992 mil que son a nivel nacional, según datos del INEGI en 2015.
Cabe resaltar que, de acuerdo a un informe del Gobierno del Distrito Federal en el año 2014, se calcula que los mercados de la ciudad son fuente de empleo para más de 250 mil personas al año, una cifra equivalente al 23% de la población de los capitalinos. El mismo informe señala que el comercio dentro de los mercados genera un promedio de nueve millones de pesos al año, dinero que contribuye al mejoramiento del comercio y al sustento de las familias dedicadas a esta actividad.
La voz de Jamaica
Una silla infantil de madera es su puesto de trabajo; celofán transparente, tijeras, delgadas ligas y un gancho, sus herramientas; su mandil rojo, con olanes en los hombros, su uniforme habitual. Se trata de una de los principales representantes de los locatarios del Mercado de Jamaica: Elvia González.
La antigua miembro de la Mesa Directiva de la Asociación de Locatarios del Mercado Jamaica, calcula que, en el presente año, de la población total de locatarios registrados un 50% o más son de la tercera edad. “Hay mucho viejito por aquí, incluyéndome”, menciona entre risas.
Asegura que a pesar de ver los locales repletos de jóvenes y adultos, la mayoría de ellos son únicamente trabajadores, es decir, no son los propietarios originales de los puntos de venta. “Los dueños ya son gente grande y lo que hacen con ese lugar de trabajo es venderlo, heredarlo a su familia o mantenerlo en funcionamiento con ayuda de trabajadores”.
De esta manera el mercado, fundado en 1957 por el entonces presidente Adolfo Ruíz Cortines y por su regente Ernesto Uruchurtu, posee en la actualidad trabajadores que van desde los 13 a los 60 años, donde los más jóvenes dan la apariencia de ser quienes tienen la batuta del mando del mercado, pero no es así.
Por ello, el letrero de “Abierto las 24 horas” que se lee en una de las entradas hace cómplice al mercado de las flores de nacimientos nocturnos, serenatas repentinas y de perecimientos inoportunos.
Mientras que las nuevas generaciones, contratadas por los dueños de los locales, encuentran cómo mantenerse despiertos, para cuidar sus respectivos negocios, también venden y regatean las plantas o flores como si fuera el mediodía.
Por dicha situación, es que seis de los 30 visitantes consultados mencionaron que a pesar de ser ancianos y tener desgastes físicos evidentes, no tienen la necesidad de realizar actividades arduas, pues tienen a sus trabajadores. “No hay obstáculo. De alguna manera la gente mayor en el mercado se ha vuelto la jefa del lugar” se oía desde una de las salidas del mercado hacia calle Torno.
Ante el planteamiento de la problemática de la falta de seguridad social para los locatarios, en especial para los de la tercera edad, la representante admite tener 54 años, “todavía me falta”, enfatiza en tono burlón. Más que representante de los locatarios, Elvia se percibe a sí misma como una vendedora más. “El mercado ha visto crecer a sus vendedores”, dice, ya que los locales se heredan de generación en generación.
Asegura también que, en la actualidad, el mercado alberga a la tercera generación de vendedores. A pesar de ser más de mil locatarios, menciona que todos son una familia, “Lo que nos distingue de otros mercados es que somos unidos, no somos como la Merced, que tiene como tres mesas directivas distintas. Nosotros solo tenemos una para organizarnos”.
“¿Cómo no me va a gustar? A mí me encanta, ver tantos colores, tantas personas, aprender siempre algo nuevo, agradezco poder hacerlo todos los días”, exclama, al mismo tiempo que sus manos se mueven de manera apresurada y terminan unidas sobre sus piernas.
Sin embargo, por más que le agrade su labor admite que con el paso del tiempo “la vista falla, el sueño gana y la energía ya no dura”, por ello menciona que cuando los locatarios ya no pueden seguir trabajando, son los ahorros y los hijos los que se hacen cargo de las personas de la tercera edad, como consecuencia de la falta de seguridad social por parte del gobierno.
“Nombre’ qué apoyo nos va a dar el gobierno. Al contrario nos quiere quitar el mercado. El caso más conocido fue el de Ruth Zavaleta (2003-2005), quien primero se mostró muy amiga y ya como Jefa Delegacional se olvidó de sus promesas y nos atacó”, dice Elvia con el semblante serio, ya que no es la primera vez que políticos ofrecen ayuda para la seguridad social de los locatarios y después la quitan, como el banco que iba a brindar préstamos a los trabajadores de mercados y después ya no siguió adelante, cuenta.
Ante la falta de recursos y el incremento de adultos mayores dentro del mercado, los locatarios se han visto en la necesidad de realizar tratos con diversos países extranjeros y estados de la República para que el negocio progrese. De esta forma, el recinto cuenta con mercancía de Puebla, Veracruz y Estado de México y de naciones como Holanda, Egipto y Japón que se han integrado como productores de flores oficiales del mercado.
Así, a pesar de que los mercados de la Ciudad de México aportan cifras considerables a la economía del país, el gobierno no ha tomado medidas para solucionar la condición de informalidad de los locatarios.
Ejemplo de esto es que el jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera, expidió, en 2014, la Ley para el Desarrollo Económico del Distrito Federal, número 1, 836, la cual incluye una serie de lineamientos y metas que el gobierno de la capital debe de seguir para fomentar, promover y apoyar el comercio dentro de dicho territorio.
Sin embargo, a pesar de estipular un mejoramiento en el desarrollo del comercio dentro de los mercados mediante implementación de mobiliario y tecnología que facilite la labor comercial, no establece ningún tipo de seguro para el empleado ni da asesorías que promuevan el ahorro o manejo de finanzas a largo plazo que puede ayudar al futuro de los locatarios.
En 2015, el Jefe de Gobierno promulgó los Lineamientos y Requisitos para el Seguro de Desempleo para Mercados Públicos Siniestrados, que abarcan únicamente a los locatarios afectados de manera directa por los incendios en la nave mayor del mercado de la Merced nave mayor, por lo que cualquier otro comerciante afectado, en cualquier rubro ya sea falta de drenaje, luz o temas relacionados con la salubridad, no puede disponer del apoyo.
Más vale tradición que desprotección
En el siglo XVI, el lugar del actual mercado era ocupado por comerciantes que vendían en Tenochtitlán, que viajaban por el Canal de la Viga cuando éste aún era navegable. Los productos principales de venta eran las flores, provenientes de Xochimilco, y algunas frutas y verduras según indican códices antiguos.
Ya para 1940 el entonces presidente Manuel Ávila Camacho comenzó a formular proyectos para plazas comerciales, dentro de los que figuraba la construcción del mercado de Jamaica. Fue hasta 1957, con Adolfo Ruíz Cortines, que el sitio se consolidó como lo que ahora es el mercado de flores.
La construcción, a cargo de los arquitectos Félix Candela, Pedro Ramírez Vázquez y Rafael Mijares, requirió de un presupuesto de 10 millones de pesos. Fue parte de una de las diversas medidas que el presidente Ruiz Cortines tomó para demostrar la modernización de la ciudad.
Cada 23 de septiembre se festeja con música y baile el aniversario del mercado, pero no sólo esa fecha se celebra ahí. Otras de las fechas más importantes para la venta dentro del mercado son el Día de Muertos, el Día de las Madres y el Día de la Candelaria.
Jamaica se mantiene, pero el gobierno de la Ciudad de México impide que sus trabajadores obtengan beneficios para la salud y la vivienda. Por ello, son menos los comerciantes que consideran el trabajo en el mercado de las flores como su opción principal para conseguir ingresos, debido a que demanda mucho tiempo y esfuerzo, mismos que son poco soportables en la edad adulta.
De acuerdo al sondeo realizado, no es redituable trabajar en el mercado de Jamaica, ya que el desgaste físico es igual que el de otros puntos de venta, como el mercado de Sonora o la Merced, pero sin llegar al nivel de ganancia de los mismos.
Ante esta problemática, los locatarios de la tercera edad que laboran en el recinto son conscientes del desgaste y la falta de apoyo. Sin embargo, su convicción por mantener en pie la tradición del mercado, así como su local como medio de subsistencia los mantiene al mando de sus respectivos establecimientos. De esta manera hacen que Jamaica viva.
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January 20, 2017, 11:44 am
Por Montserrat Antúnez Estrada
Ciudad de México (Aunam). Los viernes del 17 de febrero al 31 de marzo a las 8 pm en la Sala Novo el grupo Orquesta Ensamble Teatral presentará la obra “El loco y la monja”, de Stanislaw Ignacy Witkiewicz, que trata el tema de la locura y el psicoanálisis.
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Alejandra Aguilar y Jaime González |
La compañía Orquesta Ensamble Teatral, creada hace dos años, está formada por egresados de la Facultad de Arte y Diseño (FAD) y el Colegio de Literatura Dramática y Teatro de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Alejandra Aguilar, Directora General del proyecto, mencionó respecto al grupo: “Somos jóvenes, de 25 años o menos, que decidimos juntarnos para hacer montajes. Nuestros trabajos han sido resultado de la fusión entre lo plástico, lo visual y el teatro”.
“El loco y la monja” será presentada por Orquesta Ensamble Teatral como resultado del apoyo que obtuvieron de la Embajada de Polonia en México luego de ganar el IX Premio Lech Hellwig- Gorzynski a la Creación Escénica Teatral 2014 con el montaje de la obra “Pullman Car Hiawatha” de Thornton Wilder (bajo la dirección de Alejandra Aguilar y Cristian José García):
“El montaje que hicimos de <> fue seleccionado para representar los festejos por los primeros 25 años del Colegio de Literatura Dramática y Teatro y los 80 años de estudios teatrales en la UNAM; después, el Premio Lech Hellwig- Gorzynski consistió en hacer una lectura dramatizada de una obra polaca en la embajada polaca, ahí nos dieron el texto de <>, nos gustó mucho, nos pareció muy vigente, muy divertido. La obra estará en temporada en la Sala Novo y más adelante en el Sistema de Teatros”, contó Alejandra Aguilar.
Los mueve la pasión
La escena del teatro en México no es sencilla. En la Ciudad de México solo el 23.2 por ciento de la población asiste a los teatros al menos una vez al año, de acuerdo a datos de la “Encuesta Nacional de Hábitos, Prácticas y Consumo Culturales 2010” elaborada por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA). Pese a este panorama los más de 14 jóvenes que integran Orquesta Ensamble Teatral están dispuestos a apostar por dicho arte:
“Diariamente nos preguntamos por qué queremos dedicamos a esto, sabemos que el panorama es muy difícil. A otras generaciones les tocó un contexto del teatro mexicano donde había más público, mejores condiciones, sin embargo, coincidimos en que lo hacemos porque nos llama”, afirmó Jaime González, diseñador y director de arte de la compañía.
Jaime González recalcó que gracias al trabajo en equipo que han realizado, el cual comenzó cuando los creadores de Orquesta Ensamble Teatral aún eran estudiantes de licenciatura, en la compañía encuentran: “Una forma para compartir intereses, de poner sobre la mesa cuestiones que nos preocupan. Además, creemos que el proyecto ha funcionado porque hemos buscado los medios para sacarlo adelante, pese a que todos realizamos otras actividades”.
Alejandra Aguilar mencionó su interés por seguir trabajando para que la compañía Orquesta Ensamble Teatral tenga nuevos proyectos: “Ahora estamos enfocados en la primera temporada de <>, pero más adelante queremos ampliar el formato de <>, una obra que tenemos para niños”.
“El loco y la monja” forma parte de la programación del primer trimestre del 2017 en Sala Novo, espacio cultural apto para el teatro de pequeño formato. Las obras que se presentarán en dicho periodo son:
- “El dragón, la princesa y el príncipe”.
- “Entre la muerte y lo etéreo (o de la enferma nostalgia del poeta)”.
- “Helge (La vida de Helge)”.
- “Mi cena con André”.
- “Satisfaction”.
- “Las musas huérfanas”.
- “Mi hermana es Perséfone y mi madre Deméter es”.
- “Si no tocamos juntos no suena la canción”.
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January 20, 2017, 12:32 pm
- La implementación de esta reforma pone en riesgo la seguridad energética, afirmó la doctora
- La necesidad de convertir al negocio de la compra de gasolinas en un mercado atractivo, una de las razones del gasolinazo
Por Diego Caso
Ciudad de México (Aunam).- “El gasolinazo es la punta de un iceberg, de una bomba, que se llama reforma energética”, así lo expresó la doctora Rosío Vargas Suárez durante su participación en el coloquio “El Gasolinazo en el Contexto de la Integración con América del Norte” en el Centro de Ciencias Aplicadas y Desarrollo Tecnológico de la UNAM.
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La también investigadora del Centro de Investigaciones sobre América del Norte hizo énfasis en las consecuencias negativas que puede traer al país la implementación de la reforma energética en este 2017, sobre todo por el desplazamiento de PEMEX como productor e importador de combustibles.
Sobre la importación de gasolinas provenientes de Estados Unidos, la ponente señaló el alto porcentaje del volumen de importaciones – cercano al 60% del consumo nacional – como un foco rojo que debe ser atendido.
“Es un problema, en términos generales, de seguridad energética porque para un país depender de las importaciones de combustibles del exterior es un gran riesgo”, subrayó.
Con respecto al alza en el precio de las gasolinas, vigente a partir del 1 de enero, la investigadora señaló la urgencia por aumentar la participación de inversionistas privados en el negocio de la compra de los combustibles como una de las causas principales.
“Aquí tenemos el motivo del alto precio de la gasolina, en la necesidad de hacer atractivo un negocio que no lo era bajo el precio que nos ponía PEMEX, un precio único para todo México, que los inversionistas privados consideraron que no cubría sus costos de producción, transporte y márgenes de utilidad”, explicó.
Sin embargo, la capacidad de respuesta de los distribuidores privados para cubrir la demanda de combustibles a nivel nacional aún no es la adecuada. Prueba de ello es el desabasto de gasolina que se ha presentado en algunas zonas del país durante el último mes, puntualizó la doctora.
Vargas Suárez también hizo mención a la competencia entre los distintos proveedores de combustibles, uno de los beneficios de la reforma energética esgrimido por el Gobierno Federal, destinado a favorecer la disminución en el precio de los hidrocarburos.
“No existen los elementos para una competencia real por deducción de costos de producción. Además, si todos los proveedores van a ser abastecidos por las mismas importaciones provenientes de Estados Unidos, entonces en realidad la competencia va a ser más ficticia, uno o dos pesos de diferencia”, puntualizó.
Finalmente, Vargas Suárez hizo referencia a las sugerencias hechas por partidos políticos, como el PAN y PRD, al calificarlas como propuestas del tipo cosmético pues no resuelven el problema fundamental, que son los cambios constitucionales y el tipo de inserción energética que se estaba viviendo con América del Norte. “Realmente, la solución es tirar la reforma energética”, enfatizó.
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January 20, 2017, 1:00 pm
Por Daniel Eduardo Quiñonez Flores
Ciudad de México (Aunam).- La Escuela Nacional Preparatoria 3 Justo Sierra alberga a algunos de los mejores maestros del nivel medio superior. Hace cuatro años que salí de esa escuela, pero aún recuerdo la última clase de mi primer día. En la atmósfera se sentía el nervio de los primerizos. De pronto escuché que se azotó la puerta y una mujer de tez blanca, cabello rubio y chino estaba frente a mí. La más temida en prepa 3. La tortura académica comenzó.
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Hoy vuelvo a ver a esa mujer, que alguna vez puso mis pelos de punta, para charlar. La geógrafa Berenice Castillo González, maestra también en Ciencias Ambientales, es una apasionada de su profesión. Es una geógrafa feliz, se considera a sí misma como médica del planeta y del mismo humano por estar en él. Dentro de las aulas predomina su exigencia, que va a la par de la excelencia de sus clases y conocimientos que transmite a sus alumnos.
Su interés por estudiar la Tierra surgió desde niña, cuando viajaba con su familia a cualquier destino y preguntaba a su padre el porqué de cualquier fenómeno natural, comenta entre risas. Creyó que la Astronomía podría darle ese conocimiento hasta que ingresó a la preparatoria, donde conoció al que ahora considera su mentor – Manuel Hernández Bravo –, quien la orientó en la toma de una de las decisiones más importantes de su vida: estudiar Geografía.
Agradece sumamente a la UNAM por darle todo. Para ella, es una institución que le permitió no sólo conocer a personas que la marcaron de manera profesional y humana, sino también tener una formación profesional para el mundo. Ella considera que la UNAM es “el tatuaje de lo que soy y quiero ser’’ por todo lo que le brinda, así como por el éxito que con ayuda de esta institución ha alcanzado.
Su oficina está en el último piso del edificio A de la prepa 3. Es pequeña, iluminada, con un escritorio y algunos muebles con papeles. En la pared se observan carteles con algunos valores escritos, recuperados de la campaña difundida por el ex rector Narro Robles con los que ella se identifica y aplica a su vida. Cuando uno lee cuidado del ambiente, ella agrega “y de la especie humana”.
Una geógrafa en acción
Su preocupación por transmitir a los jóvenes el interés por el cuidado ambiental la ha llevado a laborar como docente de esta preparatoria durante 15 años, impartiendo clases de Geografía, Geografía Política y Geografía Económica.
De igual forma, Berenice ha trabajado en la Facultad de Filosofía y Letras por 4 años, enseñando Meteorología 1 y 2, Climatología 2 y Bioclimatología. Actualmente la geógrafa ha solicitado un permiso para poder ejercer su puesto administrativo en la preparatoria Justo Sierra como coordinadora de apoyo a la comunidad.
El buen trabajo de Berenice Castillo se ha reflejado en el Servicio Meteorológico Nacional, donde fungió como observadora de condiciones atmosféricas y meteoróloga de turno. Comenta que durante un tiempo capacitó a extranjeros en el Instituto de Ecología de Hidalgo y que trabajó con la Comisión Federal de Electricidad en el diseño de escenarios de cambio climático para una buena generación de energía eléctrica.
De igual forma participó en proyectos extranjeros con la Armada de Argentina, en Ushuaia, para la instalación de estaciones atmosféricas sistematizadas en la península antártica. Laboró también en el Centro Nacional de Huracanes y la Administración Nacional de la Atmósfera y el Océano de Estados Unidos, lo cual le dio la oportunidad de viajar en el caza huracanes.
La geografía de una mujer
La pequeña oficina de la profesora es un lugar ocupado, apresurado. Suena el teléfono, entra la secretaria, llega un alumno a solicitar un documento, regresa la secretaria, entra otro funcionario, le solicitan su firma en algunos papeles y finalmente vuelve a atender la entrevista. Berenice es una mujer muy ocupada, pero sin importar eso, la geografía corre por sus venas.
Desde que inició su vida profesional fue una mujer que ocupo puestos importantes de trabajo. Menciona que eso, en ocasiones, terminó por convertirse en un obstáculo para algunos hombres con ideología machista y misógina.
“En el Meteorológico Nacional los jefes eran militares, pues los procesos naturales son considerados como asuntos de seguridad nacional… Ahí Jaime Albarrán me decía `señito, ¿qué hace usted aquí? Usted como las escopetas: cargada y detrás de la puerta´”.
Posteriormente tuvo bajo su mando a personal que, de igual forma, se negaba a ser dirigido por una mujer más joven y mejor preparada en el ámbito profesional e intelectual. Pese a vivir situaciones de desigualdad de género e incluso insinuaciones sexuales, supo comportarse de una manera diplomática, racional e inteligente para lidiar con estas problemáticas que lamenta sigan sucediendo.
No todos los hombres se comportan así. Berenice agradece estar rodeada de personas como su padre, esposo, amigos y “de aquellos hombres que reconocen el trabajo de la mujer”. La geógrafa subraya el apoyo tanto material como emocional de Alberto González Unzón, “quien me hizo a su imagen intelectualmente”, para no dejarse vencer y salir adelante.
Hoy por hoy, la relación que tiene con sus compañeros de trabajo es más inclusiva. Su inteligencia y don estratégico le han permitido sortear situaciones no solo de desigualdad, sino también de carácter profesional en sus distintos trabajos. Actualmente se encarga del apoyo a la comunidad en la ENP 3, identificando riesgos y vulnerabilidades que afecten a la colectividad académica.
El arte y la ciencia
La profesora Castillo ha buscado que su formación académica sea integral, por lo que se ha nutrido de conocimientos que van desde los científicos, económicos y políticos hasta el campo del arte, una actividad que ha estado muy presente en su vida.
Berenice es creyente de que la ciencia no debe separarse del arte porque todo en esta vida tiene una relación. Siempre ha tenido un interés marcado por la música y la poesía. Esta inquietud la llevó a estudiar ópera durante cuatro años. La geógrafa también es mesosoprano contralto. Su caso prueba que la ciencia y el arte sí pueden ir juntos.
“La ciencia no es aparte de la cultura. Los sabios de la antigüedad eran científicos, geógrafos, biólogos y también artistas. Sabían de todo”. De no haberse dedicado a la geografía, Berenice Castillo habría triunfado como cantante de ópera, no solo por su talento sino también por su determinación para concretar sus objetivos.
La preocupación por un país que se está cayendo
Estudiar una ciencia que involucra lo humano y lo natural, le permitió generar una conciencia ética y de compromiso social. Es por eso que comparte su preocupación por la situación económica, política y social que sufre el país, que para ella se está cayendo y desmoronando.
Desde su punto de vista el problema radica en el sistema que nos gobierna y en la mala educación que se imparte en el país –tanto en las aulas como en los hogares–, por lo que se pregunta dónde están los egresados de la UNAM o del Politécnico para que saquen adelante al país.
“Nos gobierna gente ignorante cuando tenemos especialistas para todo. El día que el Estado decida poner a la gente adecuada en el trabajo adecuado, ese día cambiarán las cosas. México continúa con una historia de saqueos desde la Nueva España que se repite cada seis años”, dijo con una mirada triste.
Pese a ello Berenice se muestra optimista y llama a las generaciones adultas para que motiven en los jóvenes un interés por el cambio social y el desarrollo del país. De igual forma invita a los estudiantes a trabajar duro por el futuro, pues son ellos quienes deben recoger los pedazos del país y reconstruirlo con esfuerzo y tenacidad.
“Hay que ir siempre de frente con lo que uno es. Las acciones deben coincidir con lo que uno piensa. Debemos ser congruentes y leales a nosotros mismos. Cambiar desde adentro para lograr un mejor futuro nacional”. Berenice Castillo no se rinde, ella es creyente del cambio y lo motiva en sus aulas, con el amor y pasión que le tiene a su carrera, a su universidad, a su país y a su planeta.
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January 23, 2017, 6:25 pm
Por Gloria Chavely Toraya Pita
Ciudad de México (Aunam). En la actualidad, ser adolescente representa un reto e inclusive, desde la perspectiva de muchos, un riesgo. Existe un miedo latente en esta etapa humana, debido a que se tiende a ser vulnerable por todos los cambios físicos, emocionales, sexuales y sociales que se atraviesan.
Los jóvenes, en su constante búsqueda de identidad, tienden a desdeñar muchos riesgos como el consumo de drogas (legales e ilegales), la maternidad prematura, la participación en actos violentos y las enfermedades psicológicas (anorexia, bulimia, ansiedad, depresión) o de trasmisión sexual. Estos problemas provocan incluso que los adolescentes lleguen a perder la vida.
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Ante esta situación, la psicóloga María del Carmen Crispín Martínez, catedrática de la Escuela Nacional Preparatoria “Erasmo Castellanos Quinto”, dedica su vida a rescatar jóvenes y prevenir, a través de la docencia, que los adolescentes se encuentren atrapados en dichas circunstancias peligrosas.
La profesora, conocida mejor entre los alumnos por el Crispín de su apellido, se queda después de su horario de clases en su cubículo, correspondiente al área de Psicología, con la finalidad de brindar a los estudiantes que lo deseen un espacio para expresarse, aclarar sus dudas o simplemente ser escuchados.
Por su profesionalidad, semblante, temperamento y serenidad, que invitan al emisor a confiar en ella, entre otras cualidades, he elegido a Carmen Crispín para la elaboración de esta entrevista. Me recibe con su vestimenta formal, compuesta por un abrigo azul y traje gris, el ondulado cabello recogido y una amigable sonrisa. Una vez dentro del ordenado y silencioso cubículo iniciamos la entrevista.
El interés por entender la complejidad humana
Ante la pregunta acerca de los motivos que la llevaron a estudiar la carrera de Psicología, la profesora contesta con una sonrisa y recuerda la incertidumbre que atravesó al escoger su licenciatura.
“Cuando cursaba la preparatoria en San Ildefonso, me encontraba indecisa entre tres carreras: Medicina, Trabajo Social y Psicología. Me interesaba mucho saber acerca del comportamiento humano, mas los prejuicios acerca de la carrera me detenían a tomar mi decisión”, explica.
El motivo por el cual Crispín Martínez finalmente decidió seguir el camino de la Psicología fue una experiencia personal que vivió de cerca y la dejó con ganas de aprender más sobre el comportamiento de las personas.
“Tenía un compañero que era muy aplicado y buena persona, pero de un momento a otro cambió por el consumo de drogas. Al vincularlo con las ponencias que se brindaban para la decisión de carrera, me di cuenta que me interesaba mucho el tema. Todo ello me encantó y no me arrepiento en absoluto. Hoy sigo sumamente feliz y complacida de entender la complejidad humana”, relata.
“Siendo sincera, me encanta robarme un poco de juventud”
El camino que llevó a la profesora Crispín Martínez a integrarse al plantel de docentes de la Preparatoria Número 2 ha estado marcado por experiencias que han aumentado su interés por conocer y ayudar a jóvenes adolescentes. La ruta inició hace años en las cárceles del país.
“Tras terminar la licenciatura en la Facultad de Estudios Superiores Zaragoza comencé a trabajar en el sistema penitenciario. Mientras laboraba ahí, conocí a un reo que tenía la intención de elaborar un proyecto de educación, donde los ingresados tuvieran la oportunidad de cursar algún grado escolar, desde la primaria hasta la licenciatura. Ante esta última opción se buscó una vinculación oficial con la UNAM”, recuerda.
Tras la aceptación de ese proyecto, la profesora tuvo la oportunidad de brindar clases en la Facultad de Psicología, al cubrir los grupos de una amiga que emigraba del país para realizar un doctorado. Su conocida no regresó a tiempo y Crispín Martínez terminó por quedarse como docente en esa escuela.
Su estadía en las cárceles y la Facultad de Psicología terminarían por ser factores clave para su ingreso a la preparatoria, un nivel educativo fundamental en el desarrollo de los jóvenes, desde la perspectiva de la psicóloga.
“Después de tener experiencia como docente, se publicaron unas convocatorias para dar clases en el bachillerato y yo me incliné de inmediato a este nivel educativo por mi experiencia en el sistema penitenciario, donde varios reclusos coincidían que durante la adolescencia –correspondiente al bachillerato– se corrompieron. Por ello me propuse apoyar a los jóvenes y evitar que se siguieran repitiendo estos patrones”, señala.
Parte de la estrategia de apoyo a los jóvenes de la “Erasmo Castellanos Quinto” ha sido la impartición de diversos talleres como Inteligencia emocional y manejo de emociones, Prevención del delito o Legalidad de valores.
Acerca de lo que más le gusta de dar clases a los jóvenes, la psicóloga contesta con una pequeña risa.
“Para ser sincera, me encanta robarme un poco de su juventud. Los jóvenes siempre traen las novedades y al compartirlas con nosotros, los docentes, podemos estar actualizados. Gracias a ellos conozco desde la fiesta que se celebra el viernes por la tarde, las nuevas aplicaciones y hasta lo último en drogas. Ellos nos aportan tanto y nosotros quedamos sumamente enriquecidos”.
El compromiso de los profesores con los estudiantes
Crispín Martínez remarca que los docentes tienen la responsabilidad de estar sumamente al día con lo que pasa alrededor, para poder ir a la par con sus estudiantes y ayudarles en los problemas que vayan emergiendo.
A pesar de su dedicada atención para con sus alumnos, la profesora recuerda con tristeza un caso muy presente en su trayectoria académica. Baja la mirada y, tras un breve, momento habla sobre ello.
“Uno de los acontecimientos que me han marcado como profesora ha sido el suicidio de dos chicos. Eran alumnos míos y, hasta hoy en día, no hay respuestas del porqué lo hicieron. Estas dos marcas me hacen superarme día a día, para evitar que vuelva a repetirse”, explica.
Un enfoque puesto en práctica por la psicóloga para no vivir de nuevo dicha situación es la de nunca sacar chicos del aula. En lugar de eso, Crispín Martínez prefiere platicar con los alumnos inquietos al final de clases, con el objetivo de hacerles ver que hay quienes se interesan en ellos y en su salud emocional.
La psicología para reconocer y defender las ideas
La profesora es consciente del desinterés de algunos alumnos de la preparatoria hacia su materia, en especial el mostrado por los estudiantes del área 1. Sin embargo, considera que la asignatura de Psicología es esencial en la formación de los jóvenes en este nivel educativo.
“Desde que se creó el proyecto de la Escuela Nacional Preparatoria, con Gabino Barreda, se pensó en la necesidad de impartir asignaturas que fomentaran entre los jóvenes la capacidad de pensar, conocerse y seguir creciendo, por lo que los planes de estudio incluían materias como Psicología, Filosofía e Historia, siempre con un eje informativo y formativo”, detalla.
La psicóloga señala la importancia de la materia en el final del programa de estudios de la preparatoria por las aplicaciones que los alumnos pueden dar a lo aprendido en el futuro próximo.
“Psicología se imparte justo en el último año de la preparatoria para que los jóvenes tengan autoconocimiento e identidad, aspectos fundamentales que les permitirán seguir y pensar como personas sanas y críticas en la licenciatura y el mundo laboral”, afirma.
Desde su perspectiva, la Psicología es de gran utilidad para los alumnos ya que les permite conformar la estima, el valor y el autoconocimiento, cualidades que empoderan a los estudiantes para reconocer y defender sus ideas, tener la capacidad de decir “sí” y “no” y hacer respetar sus opiniones.
La investigación, parte de su trayectoria
Además de la licenciatura en Psicología, Crispín Martínez tiene un vasto currículum que incluye una segunda carrera en Ciencias Religiosas, cursada en la Universidad La Salle, donde también fue docente. La extensión de sus logros hizo que obtuviera un intercambio a España donde estudió Docencia en Psicología e Investigación en Psicología en el Instituto Ramiro de Maeztu en Madrid.
Su estancia en la capital española le permitió conocer a diversos investigadores, que crearon con ella algunos proyectos en pro de la comunidad universitaria. Esta es una de las prioridades principales de la maestra María del Carmen Crispín: buscar año con año diversas maneras de favorecer a los alumnos.
“Intento que vengan colegas de diversos países para conversar con los estudiantes sobre temas de su interés y relacionados con la salud emocional. Por ejemplo, el último proyecto en el que colaboré fue la elaboración de un examen para los docentes, donde los estudiantes evalúan la manera en que los profesores imparten su cátedra para mejorar, mediante el consenso, el contenido de los temas, las dinámicas, la calidad de la clase, entre otros aspectos”, comenta.
El éxito de estas colaboraciones contrasta con la incertidumbre que actualmente enfrenta uno de sus proyectos, debido al resultado de las elecciones en Estados Unidos.
“Otro proyecto que tengo vigente es un programa de investigación en Canadá acerca de modelos de enseñanza. Fui seleccionada en representación de nuestra Universidad, para acudir dos años y, posteriormente, replicar este proyecto en comunidades indígenas de México. Sin embargo, por el aumento del precio del dólar y la amenaza del futuro presidente de no hacer validos los proyectos educativos latinoamericanos, el programa se encuentra detenido”, expresó con un poco de nostalgia y frustración.
La importancia de atender la salud emocional y mental
Para la catedrática de la Preparatoria Número 2, el interés hacia el ámbito psicológico de los estudiantes debe ser prioridad no sólo para el nivel bachillerato, sino también para las distintas facultades que integran a la UNAM.
“Es sumamente necesario que se brinde atención a la salud emocional y mental de estudiantes, maestros, trabajadores, inclusive del mismo rector y directivos. Se han abierto algunos proyectos para la atención de la comunidad universitaria: el centro de salud mental, líneas telefónicas de atención psicológica, así como un chat, que se está implementando bajo el nombre de Maxi, el cual consiste en una conversación con especialistas desde el otro lado de la pantalla”, remarca.
Desde el punto de vista de Crispín Martínez, la presencia de un cubículo de atención –como el presente en la Facultad de Ciencias– para los jóvenes en cada facultad de la UNAM es indispensable para brindar a los estudiantes la ayuda que, en muchos casos, no quieren pedir.
“Al concluir el examen EMA (Escala de Multidimensional de Asertividad) de evaluación psicológica se aprecian resultados desgarradores, donde se hace notorio el gran número de alumnos que padecen diversos problemas y que no tratan por diversos factores”, puntualiza.
La psicóloga expone la necesidad de una fuerte inversión en este sector tan importante de la salud, dado que por diversos prejuicios y tabús se menosprecian los proyectos de investigadores y docentes que desean dotar de una mayor sensibilidad y conciencia a quienes integran la universidad, todo ello con la finalidad de brindar a la sociedad profesionales con un alto sentido humano.
Finalmente, la profesora Carmen Crispín expresa su inmensa alegría por haber elegido estudiar Psicología.
“No me arrepiento para nada y si volviera a nacer seguramente sería psicóloga. Es un privilegio conocer el desarrollo humano en toda su extensión y esto no se logra de ninguna manera como ver las cosas de viva voz, apreciar de cerca el desarrollo humano, todo esto inclusive desde la perspectiva de varias culturas, puesto que gracias a nuestra Universidad he tenido la oportunidad de conocer personas de todo el mundo y con ello comprender este tema tan maravilloso”, afirmó.
No cabe duda que la profesora Crispín tiene una historia que contar detrás de las aulas. Gracias a sus cualidades, la profesora es reconocida y recordada con cariño por los alumnos de cada generación, quienes la describen como una mujer con un gran sentido humano, comprometida con su labor docente y su apoyo incondicional que tiene como finalidad hacer más llevadera y sana una etapa tan complicada, pero no por ello menos grata, como lo es la adolescencia.
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January 23, 2017, 6:27 pm
Por Virginia Trejo Zarate
Ciudad de México (Aunam).- Es un miércoles y la lluvia cae apaciblemente sobre las piedras volcánicas que ahora sirven de banquetas. El camino hacia la preparatoria de Mixcoac es bien conocido, basta con andar algunas cuadras entre los edificios de la Unidad Plateros para llegar.
Sobre todo el pavimento se encuentran miles de pétalos azul violáceo que el frío viento le arranca a las jacarandas. Resulta un espectáculo muy diferente al que dan en primavera, cuando las hojas se dedican literalmente a volar todo el tiempo.
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Una vez dentro de la preparatoria, siendo las doce en punto de la tarde, inicio el trayecto hacia su salón. Para nadie, sea alumno o catedrático, es ningún secreto dónde se encuentra y mucho menos quién mora ahí. Se trata de la profesora Elisa Luna Torres, pintora, mamá, escultora, esposa, dibujante, bailarina y artista.
El salón de pintura
El lugar es pequeño, no mide mucho en comparación con otros sitios de la prepa, pero eso no es lo importante. Aquí, como quien dice, se desarrolla toda la acción. Sin importar el lugar al que se dirija la mirada, incluso en el techo, se contempla el arte.
El espacio cuenta con dos pizarrones verdes para gis –“esenciales” dice la entrevistada–, diez restiradores de metal, banquillos de madera, un gran anaquel y un escritorio. El resto del salón está lleno de alumnos en un constante ir y venir entre pinturas, materiales, objetos, lienzos y esculturas que a lo largo de los años se convertirán en testigos fieles de las horas pasadas en la materia de pintura.
Existen algunas obras destacadas dignas de mención, como la de unas sandías sobre un fondo amarillo que recuerdan a Tamayo, un lindo cuadro de un carrusel, cuyos detalles son precisos, y un trío de altas calaveras charras, hechas de engrudo revuelto con resistol, con muecas sinvergüenzas en el rostro.
La sensación, como siempre, es familiar al volver a pisar un lugar conocido y más placentera cuando encuentro a Elisa Luna poniéndole los bigotes al felino alebrije de la Escuela Nacional Preparatoria 8, que se asemeja más a un grifo –aquella criatura mitológica de oriente que era mitad águila, mitad león–, con la excepción de que éste posee una lengua de serpiente y escamas.
Al oírme decir su nombre, una sonrisa se ensancha por todo su rostro delgado con pómulos altos. Luna tiene una boca grande y proporcionada, con dientes derechos, y unos ojos que tienden a ver fijamente al otro, casi sin parpadear, enmarcados en su largo cabello negro. La profesora suele combinar perfectamente su ropa, que cae sobre una figura erguida y elegante.
Da Vinci, la inspiración
Elisa Luna se inició en el mundo del arte desde una edad muy temprana, gracias a la influencia de su padre –quien era encuadernador–, una persona creativa que se mantenía siempre a la espera de las novedades culturales del país y del mundo.
“Siempre tuve apoyo por parte de mis padres para estudiar arte, a pesar de que la carrera no era barata por todos los materiales que pedían. Cuando uno no tiene las posibilidades económicas le cuesta trabajo, pero si la voluntad está presente todo lo demás se vuelve fácil”, dice guiñando un ojo.
La profesora mueve mucho las manos, mientras observa todo a su alrededor. Eso es lo que ella llama tener “habilidad visual”, una capacidad especial que permite que cada detalle y color se fije en su mente para después plasmarlo en papel. Eso nos lleva a hablar sobre si ha sido influenciada por otros artistas.
“Yo diría que fueron varios. Me especialicé en lo prehispánico, de donde retomo elementos significativos en mi obra, pero en un principio siempre me interesó el trabajo de Leonardo Da Vinci. Él fue para mí como el eje principal de todo, ya que entra al cuerpo humano, lo desmenuza, lo traza, lo investiga... fue mi principal motivación”.
“Mi regalo para la prepa”
La dedicación que muestra en el trabajo con sus alumnos es admirable. Por ello se ha ganado la admiración y el cariño de la comunidad de la Escuela Nacional Preparatoria “Miguel E. Schulz”, hogar de sus proyectos. Al pensar en ellos, Luna comenta cuál ha sido, en este tiempo, su mayor logro personal y profesional.
“Fue obtener la plaza de tiempo completo. Esto me ha aportado muchos beneficios, a nivel personal y profesional. La universidad me ha permitido diseñar grandes obras como el Crisol Deportivo en el año 2010, que fueron dos piezas muy grandes, de diez metros de largo por ocho de ancho”.
“Aparte está mi obra personal, que todos los días me da mucha satisfacción, aquí en mi casa, la escuela. He hecho cuadros para la preparatoria 8 y retratos de maestros. Incluso ahora estoy trabajando en un mural que estará listo próximamente en el auditorio. Ese es mi regalo para la prepa”, comenta.
Del trabajo y más pasiones
Desde pequeña, Elisa Luna mostró curiosidad por la pintura y la escultura. Inició documentándose acerca del arte renacentista, imitando algunas figuras en el proceso. Poco a poco empezó a descubrir en ella características y habilidades propias que la llevaron a trabajar en diferentes despachos de diseño, antes de llegar a la UNAM, y la hicieron definir su opción terminal profesional.
La profesora Luna también fungió como catedrática en otro plantel. Sin embargo, no duda en señalar el aprecio que siente hacia la preparatoria 8, “su segundo hogar”.
“Siempre he tenido mucho apoyo aquí. Trabajé también unos años en preparatoria 2, pero aquí me siento valorada y respetada por la comunidad, yo creo que es por toda esa ayuda y aceptación, aunque siempre es un gusto poder colaborar en cualquier plantel dentro de la UNAM”, aclara.
A pesar de poseer una personalidad que la hace querible a la mayoría de los alumnos, Luna reconoce que los altercados y confrontaciones no siempre pueden evitarse.
“Todos tenemos nuestro genio, pero trato de ser siempre una persona cordial y amable con todos, alumnos y docentes. Sí he tenido altercados con algunos colegas que impartimos la misma materia, como por ejemplo cuando obtuve este salón, gracias a que la antigua profesora de Artes Plásticas se jubiló. Casi tuve que pelearme con todos para que me lo dieran”, recuerda un poco molesta.
Entre algunas de sus otras aficiones, sobresale en la vida de la artista el ejercicio y, en especial, la danza aérea. Practica esta actividad desde hace poco tiempo cerca de Tlatelolco, el lugar donde reside.
“Me encanta porque para mí es más interesante lo que podemos hacer en el aire, como bailar por ejemplo. El concepto y el movimiento del cuerpo en las telas me parecen fascinantes”.
En opinión de la catedrática, la danza aérea puede traer beneficios en otras áreas de la vida cotidiana, como una forma de complementar el trabajo y de sobrellevar la rutina diaria.
“Como ejercicio, te ayuda a sobrellevar el estrés del día a día. Para mí, las semanas son muy pesadas: me duermo a las 12:00 de la noche y me levanto a las 4:30 de la mañana. Entonces con la danza puedo relajarme, hacer que mi cuerpo se mantenga flexible, además de todo el tema de la salud”.
Fortalecer la identidad mexicana
El interés por lo prehispánico, presente en el trabajo de la profesora, ha hecho que Luna utilice celebraciones como el Día de Muertos para recalcar en sus alumnos la importancia de nuestra identidad como nación.
“En mis proyectos es importante fortalecer nuestra cultura. Entonces como el Día de Muertos está en tiempos de clase procuro utilizar fechas importantes para los mexicanos, busco que el alumno fortalezca su identidad mexicana”.
Este no es el único tema que la artista impulsa en el trabajo de sus alumnos, en cuyos rincones también está la muerte y la reflexión que ella busca crear a partir de ese concepto.
“Me gusta que los alumnos trabajen con el tema de la muerte porque les permite hacer una reflexión de quiénes son, dónde están y adónde van. Es importante que sepamos de antemano que no todo es eterno. Estamos por un momento, pero después nos vamos. Para darle sentido a la vida hay que entender también la muerte y a través de las artes plásticas puede hacerse esta reflexión”, explica.
Una vez que terminamos, la lluvia vuelve y los pocos alumnos que aún quedan esparcidos por el salón guardaban apresurados sus cosas. Sin impacientarse, Elisa Luna Torres despide con un beso y abrazo a todos y cada uno de sus alumnos, incluyéndome.
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January 24, 2017, 5:32 pm
- El cambio climático afecta a la población mundial
- El primer evento para celebrar el XXV aniversario de Universum
- Fotogalería para conmemorar los 150 años de la embajada de Canadá en México
Por Mónica Santos Vargas
Ciudad de México (Aunam). La fotogalería nombrada “El cambio climático ya está aquí” se inauguró en la explanada principal de Universum, museo de las ciencias en Ciudad Universitaria, UNAM por Pierre Alarín, embajador de Canadá en México; William Lee, coordinador de Investigación Científica de la UNAM; Amparo Martínez, directora del Instituto de Ecología y Cambio Climático (INECC) y José Franco, director general de Divulgación de la Ciencia de la UNAM.
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El director general de Divulgación de la Ciencia (UNAM) José Franco brindó las palabras de bienvenida a los directores de los distintos institutos invitados y al público en general. Resaltó los cambios climáticos, los cuales impactan a todo el mundo, principalmente a Canadá. “La exposición se convierte en algo muy importante por el cambio político económico en el mundo”, expresó.
Después, Amparo Martínez, directora del Instituto de Ecología y Cambio Climático (INECC) mencionó que las relaciones entre Canadá y México se fortalecen; y se suman a crisis económicas, ecológicas y económicas que anteriormente se presentaron para que distintos países se unieran para exponer soluciones.
William Lee, coordinador de Investigación Científica de la UNAM hizo hincapié en la importancia de los datos, cifras e investigaciones sobre el cambio climático para hacer difusión de ellos y así poder crear conciencia en la población mexicana y canadiense por medio de fotografías.
El embajador de Canadá en México, Pierre Alarín, expresó su preocupación por los pueblos ya que son los principales afectados y los primeros en sufrir las consecuencias del cambio climático. También destacó que los adultos deben cuidar el planeta que será el hogar de los niños en el futuro.
La fotogalería fue organizada por Universum: Museo de las Ciencias, National Geographic, la Dirección General de Divulgación de la Ciencia (UNAM), el Museo de Ciencia y Tecnología de Canadá, y Let´s Talk Energy. Se compone de 20 imágenes distribuidas en 10 paneles de doble cara.
Entrada libre.
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January 26, 2017, 12:31 pm
Por María Fernanda Hernández Cardeña
Ciudad de México (Aunam). La lectura es una de las grandes pasiones de Antonio Miranda Ocampo. Habla de ella como si también fuera su profesión. Y es que a pesar de haber estudiado Filosofía en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, ha sido la literatura lo que le ha abierto las puertas hacia lo que hace hoy en día: ser un booktuber, es decir un promotor de la lectura en México a través de YouTube.
La Biblioteca Vasconcelos es cálida y silenciosa al mismo tiempo. Su atmósfera es amigable e invita a cada persona que camina por sus inmediaciones a adentrarse y hacer lo que sea que les guste, desde leer hasta bailar. También transmite una cierta calma: es la tranquilidad que acompaña a los lectores al momento de incursionarse en un libro.
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Miranda Ocampo se halla sentado en un sillón del recinto en el que tuvo su primero evento como booktuber. “Fue muy impresionante porque una parte de mí aún tenía la idea de que en México no se lee. Cuando hice mi canal de YouTube pensé que no pasaría de 200 suscriptores, entonces fue sorprendente ver en el auditorio de la Biblioteca a más de 300 personas que veían los videos”, relata.
Tonny –como me pidió que lo llamara– forma parte de la comunidad de lectores llama Booktube, creada en la plataforma de YouTube. “Es una comunidad que permite a los jóvenes tener acceso a nuevas formas de lectura. Antes, cuando yo leía, lo hacía solo. Pero en Booktube no solo puedes encontrar a más personas que leen, sino que tienen otros puntos de vista y te recomiendan libros diferentes”.
La difusión del fenómeno de Booktube en México comenzó a darse entre 2011 y 2012. Innumerables canales de tal índole han surgido y crecido tanto dentro como fuera del internet. Ejemplo de su impacto son las ferias del libro que, continuamente, se han llenado de seguidores de una comunidad que busca, en palabras de Tonny, una nueva forma de experimentar la lectura.
“Yo quiero que la vida sea eso: platicar y compartir las emociones que te produce un libro, no solo que se vaya a un salón de clases a hablar sobre él. Para mí eso no tiene sentido, tiene que ser algo que impacte en tu vida. Y cuando veo que eso pasa con las personas, me gusta”, comenta con tono apacible.
La entrada al mundo de las letras
El gusto de Tonny por la lectura inició desde muy pequeño, cuando empezó a escuchar las historias que su madre le relataba.
“Mi mamá me leía mucho de chiquito, entonces siempre se me hizo algo muy padre, aunque no lo hiciera por mí mismo”, cuenta recargado en el sofá de tono casi tan oscuro como el de su suéter de rayas. “De ahí surgió mi inquietud de leer por cuenta propia. De repente le pedí que me comprara un libro, se llamaba Colmillo Blanco, y me gustó”.
No obstante, fue hasta la secundaria que comenzó a generar un hábito por la lectura y considerarse un lector. “Muchos de los libros que leí, no los entendí; pero otros sí me gustaron y son, hasta ahora, mis libros favoritos”. Entre ellos se encuentran Clemencia, Fausto, La insoportable levedad del ser y Todo está permitido.
Sin embargo, Tonny considera que muchos estudiantes se alejan del mundo de las letras después de pasar por este nivel educativo porque la lectura se convierte en una obligación escolar, no un gusto adquirido.
“Creo que a veces hace falta fomentar el amor por la lectura, preguntarle a un joven: ¿qué te dejó el libro?, ¿qué no te gustó? o ¿qué te gustaría leer?, porque si le ponen un examen, pierde el interés por buscar qué leer por sí mismo. Lo hace por la escuela y ya”.
“Algo que me interesa es que los jóvenes lean, pero no sólo como parte de su formación académica o de un entretenimiento. Creo que la literatura puede ayudarte a adquirir más experiencias o a prevenir otras, te da una perspectiva más amplia e, inclusive, te ayuda a conocerte más como persona”, explica.
Tonny ha sacado muchos beneficios sobre este último punto, pues utiliza lo aprendido a través de la lectura para contestar cuestiones tan existenciales como la forma de vivir la vida o qué hacer para ser feliz. También ha encontrado muchas cosas que lo han ayudado en sus relaciones personales, con la familia, los amigos o la pareja.
“Crecí queriendo ser un todólogo”
El interés generado por la lectura en sus primeros años ha acompañado a Tonny desde entonces y moldeado importantes decisiones en la vida del booktuber. Precisamente, durante la lectura de uno de sus libros favoritos Tonny descubrió su interés por estudiar para filósofo en la máxima casa de estudios
“Un día estaba leyendo con mi tío Fausto de Goethe y él dijo: «A mí me habría gustado saber de todo, pero no hay ninguna carrera que se llame Todología. Tal vez, filosofía sea lo más cercano a ello», recuerdo que dijo”.
No obstante, el booktuber llegó a considerar otra carrera, aunque ésta fuera sólo un complemento para su verdadero interés: el amor por las letras.
“En realidad, crecí con la idea de querer ser dentista, pero porque pensé que estudiando eso iba a poder hacer algo similar a la filosofía. Me gustaba reflexionar e imaginar, así que pensé que podría ocupar el tiempo libre de dentista para hacer esas cosas. Siempre estuve muy seguro sobre filosofía, aún cuando no sabía muy bien en qué podría trabajar. Más tarde, al graduarme, tuve una sorpresa muy grata al descubrir que no podía dedicarme solo a la docencia, sino también a la promoción de cultura”, relata.
Dentro del leve sigilo del último piso de la Biblioteca, Tonny enlista a varios de sus filósofos predilectos, como Schopenhauer y Kant, junto con algunas de sus citas. “Aquellos hombres que en definitiva me interesan, son a los que les deseo sufrimientos, abandono, enfermedad, malos tratos, desprecio…”, citó a Nietzsche con voz delicada.
“Pensé «sí se puede» y abrí mi canal”
El seudónimo de su canal, “Tonnybeth”, surgió de una combinación de nombres realizada por una de sus primas pequeñas. “Su mamá se llamaba Elizabeth, entonces un día llegó y me dijo: «Tú eres Tonnybeth». Me gustó cómo sonaba y opté por él”.
Después del nombre, siguió la elección del contenido del canal. Planeado en un principio para hablar sobre filosofía, su canal terminó por unirse a los booktubers cuando Tonny los descubrió en la red.
“Me gustaba ver cosas en YouTube. Desde que comencé a ver videos me habían surgido las ganas de hacer algo, sólo que no sabía qué. Pensé en hacer un canal de filosofía, pero nunca lo hice hasta que salí de la carrera y, con el tiempo libre, me topé con los canales de libros. Encontré los de Alberto Rebolledo (Holaquelee), Fa (Las palabras de Fa), Raiza (Raizarevelles99) y con ello pensé «sí se puede».
Miranda Ocampo abrió su canal a inicios de 2012. Hasta la fecha, su portal ha conseguido más de 128 mil reproducciones y un aproximado de seis mil suscriptores. Gran parte de su reconocimiento se debe al haber sido uno de los pioneros del movimiento en el país.
La posibilidad de compartir con la gente algún libro interesante que no conocieran fue la motivación inicial detrás de sus primeros videos, pues Tonny no tenía otra expectativa o propósito particular en mente cuando abrió su canal. Incluso, en un principio muy pocas personas conocían la existencia de Tonnybeth.
“Fue muy raro porque no le dije a nadie más que a una amiga. Un día se descompuso mi computadora y, entonces, utilicé la de mi mamá para editar los videos. En una de esas se me olvidó cerrar la sesión y fue cuando ella los encontró. De repente, en el domingo familiar que hacemos cada semana ya todos estaban viendo mis videos. Me dio pena, pero dijeron que les gustaban”, cuenta con una sonrisa encarnada en su rostro de piel bronceada.
Tras detallar los comienzos de su canal, Tonny revela que en vez de haber querido desistir en algún momento, pasó lo contrario. “He encontrado muchas motivaciones para seguir haciendo los videos, aún cuando no pueda o no tenga el tiempo suficiente”, señala.
Sus motivaciones han ido cambiando con el transcurrir del tiempo. Al principio se trataba únicamente de compartir y recomendar algún título. Más tarde comenzaría a conocer a la gente a la que le gustaban sus videos y pedían que subiera más. A la par, llegarían también los patrocinios.
A partir del éxito de la comunidad, algunas industrias editoriales han optado por un tipo de acuerdo para dar a conocer sus nuevos títulos a través de los booktubers: libros gratis a cambio de una reseña en sus canales. Esta nueva dinámica produce en Tonny marcadas alegrías, pero también preocupaciones.
“Es bonito porque hago amigos y enfoco más tiempo, energía y recursos a cosas que tienen que ver con Booktube. Me llena de satisfacciones y alegría, pero también es una responsabilidad. Significa un compromiso no sólo con el público, sino con las editoriales y con los eventos que se organizan”, puntualiza.
Entre otros méritos de Miranda Ocampo se encuentra el haber sido coordinador de múltiples círculos de lectura, así como haber formado parte de conferencias y actividades en Ferias Internacionales del Libro (FIL), como lo son la FIL Monterrey –con el Encuentro con jóvenes lectores: Booktube (2013)¬– y la FIL Guadalajara, con el Encuentro Nacional de Booktube (2016).
Otro de sus logros reside en el apoyo que ha brindado a nuevos booktubers. Tal fue el caso de Ivette Mejía Sánchez –ganadora del concurso “Somos booktubers, 2015”– quien relata que Tonny “fue el primer lazo que tuve con la comunidad. Al principio tenía miedo, pero él me dio confianza. Me dijo «tú habla de lo que quieras, todos te vamos a abrir los brazos, las puertas y los canales»; si en algún momento llegué a dudar, le debo a él que haya continuado”.
“No voy a soltar Booktube nunca en la vida”
La biblioteca se mantiene tranquila, pese al constante intercambio de palabras y el recurrir de las personas entre los pasillos aledaños. Gracias a los ventanales que se hallan a los lados del edificio, es posible distinguir que el buen tiempo persiste en el exterior.
Miranda Ocampo recuerda la forma en la que fue integrándose a la comunidad de los booktubers. Unos comentarios en los videos de otros compañeros fueron seguidos por recomendaciones para su canal. A los tres meses, fue invitado a un grupo en Facebook (Booktube en español) que tenía como objetivo encontrar a más personas como ellos. Pronto Tonny se dio cuenta que este era su lugar.
“A los nueve meses de haber creado mi canal nos contactó un chavo llamado Rafael Cessa, promotor de lectura en el país. Fue con él que empezamos a conocer muchas cosas que se hacen en México para la promoción de la lectura, tanto por parte del Gobierno como de organizaciones independientes. Me interesé en ello y desde ahí dije: «No voy a soltar esto nunca en la vida»”, cuenta.
Una manera distinta de leer
El booktuber encarna sus pobladas cejas color azabache al tiempo que cavila sobre cuál ha sido el mayor logro personal y profesional hasta ahora.
“Ambos se relacionan. El haber logrado cambiar algunas cosas, por ejemplo, que llegue una persona y me diga «por ti leí este libro, me gustó y me cambió la vida» son cosas que, de alguna manera, significan un logro para mí. Porque quiere decir que he convencido a una persona de que leer un título vale la pena y eso es lo que quiero hacer”, explica.
Tonny también puede añadir su participación en la FIL de Oaxaca, con el primer taller Booktube impartido en México –en colaboración con Rafael Cessa– como uno de sus logros. Miranda Ocampo también ha estado relacionado con eventos sobre los booktubers en la Biblioteca Vasconcelos, la Feria Internacional del Libro en Acapulco, Guadalajara y otros estados de la República.
Sin embargo, Tonny aclara que quedan otros objetivos por cumplir, como el relacionado con el fomentar el gusto de la lectura entre los jóvenes y combatir el desdeño que algunos críticos muestran hacia la denominada “literatura juvenil”.
“El problema que yo veo es que muchos críticos literarios y académicos ven a los adolescentes como personas que leen por simple entretenimiento o de una forma superficial. Es importante que no se vea a la literatura juvenil como basura, como algo que no vale la pena. Ese tipo de actitud no le hace ningún bien a los promotores de la lectura y a la sociedad en general”, remarca.
Un mundo sin filosofía y sin literatura
Miranda Ocampo hace una última reflexión sobre la manera en que su pasión por la filosofía y, sobre todo, por la lectura ha cambiado el rumbo de historia.
“Mi vida sería muy diferente sin la lectura y la filosofía, porque a partir de que empecé a hacer vídeos, hice otras amistades. No habría conocido a muchas personas de no ser por este medio”.
“Tampoco tendría todas las oportunidades de presentar autores, viajar a ferias de libro y tener círculos de lectura. Muchas cosas se las debo, de alguna manera, a la comunidad de Booktube, a mi pasión por la filosofía, por la lectura, y a mis ganas de querer compartir ese gusto con los demás”, comenta.
Libro en mano, jeans rectos, playera y tenis del mismo color sombrío. Es esa la imagen recurrente de Tonnybeth, tanto en su vida cotidiana como en su trabajo como promotor de lectura. El booktuber no duda en hacer una recomendación antes del final.
“Lean mucho y quítense los prejuicios de ciertos libros. Sí, hay libros juveniles malos, pero no todos lo son. Aún así, si les gustan ese tipo de libros, léanlos. De todo se puede aprender algo”.
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January 30, 2017, 1:50 pm
- Investigadores y ex directores del CISAN expresan también su rechazo a la construcción del muro en la frontera con Estados Unidos
- Importante buscar la unidad nacional para hacer frente a la amenaza de Trump
Por Diego Caso
Ciudad de México, (AUNAM). “Como ciudadanos, debemos exigir que se transparenten, cuanto antes, los temas que se están llevando a la mesa de negociación con Estados Unidos”, así lo expresó Silvia Núñez García, directora del Centro de Investigaciones sobre América del Norte (CISAN) de la UNAM durante el foro académico “El arribo de Donald Trump a la Casa Blanca”.
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Núñez García destacó que la conducta del ahora presidente de los Estados Unidos es preocupante pues normaliza comportamientos extremistas.
“Cuando figuras públicas, en posiciones de influencia, promueven el odio y la violencia, legitiman conductas socialmente inaceptables; el odio puede ser contagioso y algunos pueden seguir estas ideas”, manifestó.
Por su parte, la doctora Paz Consuelo Márquez-Padilla destacó el peligro del resurgimiento del nacionalismo –pues “genera odio y miedo hacia el diferente, en la nación norteamericana al establecer un paralelismo con el panorama establecido en Europa antes de la Segunda Guerra Mundial, y criticó el proteccionismo esgrimido el presidente estadounidense.
“Estas ideas de Trump de aislarse, del proteccionismo, a lo único que pueden llevar es a un enfrentamiento muy fuerte entre los países. Por el contrario, cuando los países crean acuerdos y buscan la cooperación es mucho mejor para todas las sociedades que cuando sólo estamos pensando en nuestros intereses nacionales; eso nos lleva a la confrontación”, explicó.
En su intervención, la investigadora Mónica Verea Campos, especialista en políticas migratorias, detalló el panorama de miedo y hostigamiento que pueden vivir los mexicanos indocumentados con esta nueva administración estadounidense, por lo que urgió al gobierno federal a tomar medidas auxiliares.
“Es urgente establecer un programa en los consulados para proveer la protección consular necesaria, es decir, no sólo la información adecuada sino la asistencia sobre los instrumentos legales ofrecidos por la justicia estadounidense para defenderse de la deportación, y que además denuncien las violaciones a sus derechos humanos”, detalló.
Un no al muro
Los académicos del CISAN expresaron su rechazo a la orden ejecutiva firmada por el presidente Trump que formaliza la construcción del muro en la frontera con los Estados Unidos, por lo que llamaron al gobierno federal a establecer una postura firme sobre el tema.
“La posición de México debe ser no al muro. También se debe demostrar que cada vez van menos mexicanos a los Estados Unidos como migrantes indocumentados y son los centroamericanos, caribeños los que cruzan nuestro país rumbo a Estados Unidos”, explicó Verea Campos.
El proyecto de construir en la frontera una barrera sólo resultaría ineficaz para detener el flujo de inmigrantes, sino que beneficiaría a los “polleros” o traficantes de personas, pues el muro haría más difícil el paso de personas por lo que los costos de traslado aumentarían.
Negociación y diálogo, bases clave en la política exterior con EU
En entrevista con Aunam, la doctora Márquez Padilla expresó el riesgo, a nivel global, que representa la figura de Trump al cambiar radicalmente la posición de Estados Unidos de un perfil de intermediario a uno conflictivo.
“Lo peligroso de esta situación es que Estados Unidos ha decidido renunciar a su papel como negociador, aunque no siempre haya triunfado en este papel o que haya hecho las cosas correctas. Sin embargo, por lo menos Estados Unidos siempre ha tenido la intención de resolver los problemas”, expresó.
Sobre las inminentes negociaciones con los Estados Unidos, Márquez Padilla remarcó lo fundamental que será para México llevar dichas conversaciones en un marco de conciliación, como parte de una nueva política exterior.
“Pienso que las bases para ello deben ser la negociación y el diálogo. Estoy convencida que la confrontación y el rechazo afectan los intereses de todos, nadie sale ganando. No es fácil nuestra posición, pero a pesar de eso se trata de mantener el diálogo, de mejorarlo. Más nos vale tener una buena relación en lugar de un enfrentamiento”, remarcó
Finalmente, la investigadora señaló la oportunidad de la que disponen los empresarios mexicanos, a partir de este enfrentamiento con Estados Unidos, para aprovechar los acuerdos comerciales establecidos con otros países y diversificar sus intercambios mercantiles.
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January 30, 2017, 2:23 pm
Por Marina Nohemí Navarrete Colorado
Ciudad de México (Aunam). Frente a uno aparece una persona que se muestra introvertida con los seres más cercanos a él, pero que se desenvuelve poco a poco mientras va tocando el piano e instruye a los jóvenes para que toquen las notas adecuadas. Su nombre es Justino Altamirano González, licenciado en Educación Musical Escolar por el Conservatorio Nacional de Música y profesor de tiempo completo en la Escuela Nacional Preparatoria número 5 “José Vasconcelos”.
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Nacido en Tijuana, Baja California, el profesor Altamirano obtuvo en octubre de 2016 un Doctor Honoris Causa por la UNESCO, por su desempeño en la educación musical y especialidad en dirección coral. Su trabajo en Coral Mexicano, grupo fundado en 1989, lo ha llevado a varios escenarios de la Ciudad de México, entre ellos el Teatro de la Ciudad, Museo del Chopo, el Palacio Nacional y el Centro Cultural Ollín Yoliztli.
La fecha de la entrevista llega en un día lluvioso y frío de noviembre. El maestro y sus alumnos están en pleno ensayo. No me gusta interrumpir, por lo que le respondo al profesor que esperaré a que termine con su trabajo.
Se respira un ambiente de rutina por parte de algunos jóvenes que, agobiados por otro día más de ensayo, sólo esperan que pase el tiempo para salir del salón. Otros, por el contrario, se van de la clase emocionados para despejarse y practicar lo que el maestro les acaba de enseñar.
Mientras uno de sus alumnos toca el piano, empiezo a preguntarle sobre su biografía y confirmo si los datos que había investigado son correctos. Hecho esto, comienzo a preguntarle sobre el motivo que lo llevó a estudiar música
Recuerda que cuando tenía 16 o 17 años, él estudiaba el bachillerato. No tenía contemplado seguir el mismo patrón musical de su familia paterna, ya que pretendía ser médico, pero de la nada le entró un pequeño impulso e inquietud por la música.
El profesor no tenía un conocimiento profundo de la música, más que por puro oído. De esta manera se volvió una persona autodidacta y aprendió a tocar la guitarra para componer varias canciones románticas o navideñas, que son sus favoritas. La primera que escribió lleva por título Fue como ayer.
En 1988, Altamirano llegó a trabajar a la Escuela Nacional Preparatoria 5 como ayudante de un profesor. Tiempo después, el director de esa institución le dio instrucciones para formar un coro: el Coral de Coapa.
El maestro recuerda que el coro tenía 30 alumnos. Por ese entonces, los que ingresaban al grupo no lo hacían de forma obligatoria como ahora, que lo hacen para cubrir la asignatura tipo escolar artística. Entraban más bien por puro gusto al arte.
De entre todos los miembros del coro que han pasado por su coro, existe un grupo que en opinión del profesor se sigue destacando después de haber pasado por su aula: los solistas.
De acuerdo Altamirano los grandes solistas requieren mucha disciplina, constancia y paciencia, poseer cualidades como la colocación de voz, resonancia para la presentación, controlar el volumen al momento de cantar, no hacerlo forte todo el tiempo. Por ello, el maestro afima: “la música es muy celosa. Si no lo haces bien, mejor no lo hagas”.
Como requisito el solista debe nacer del grupo, ser conocido entre sus compañeros, para así recibir más apoyo y motivación que lo aliente a sentirse en confianza.
El Coral de Coapa no contaba desde su inicio con un piano ni un lugar especial para los ensayos; practicaban en el primer salón que estuviera disponible. Incluso, en algunos casos, llegaban a interrumpir al profesor que se encontraba cerca de ellos, y recibían muchas quejas al respecto.
Esos primeros obstáculos no impidieron que el coral caminara a pasos seguros, hasta que un año después, en 1989, se hiciera el primer disco en formato LP con la participación de tres coros en total pertenecientes a las preparatoria 1, 5 y 7. Grabaron Gloria de Antonio Vivaldi en el estudio Musart, ahora desaparecido.
Le pregunto al profesor acerca de su presentación en televisión, en el Canal 13. De forma emotiva se acuerda del programa que más le gustaba Tienda y Trastienda, transmitido en 1992 y conducido por Víctor Trujillo “El Brozo” y Ausencio Cruz. Acudió hasta el programa para que se entrevistara al coral, e interpretaron sólo dos temas: Baby, it’s you y With a little help from my friends de los Beatles.
Hubo un tiempo en el que el Coral de Coapa era convocado con frecuencia para presentarse en varios auditorios delegacionales de la CDMX, como Coyoacán y Milpa Alta. Con gracia cuenta que lo que más le gustaba era cuando los familiares de los alumnos esperaban verlos con alegría y les ofrecían comida después del concierto.
El maestro resalta esas atenciones, pero menciona que ahora el reglamento universitario para dar presentaciones fuera del plantel ha cambiado mucho, volviéndose más estricto, lo que ha complicado la relación y seguridad de los integrantes.
Altamirano comenta que, con el paso del tiempo, los jóvenes se han interesado más en la música gracias a que existe más información al respecto. Sin embargo, la falta de escuelas e instituciones de educación musical que los preparen profesionalmente es un problema que no ha sido atendido.
Para el catedrático, es importante que este tipo de educación se implemente desde el kínder hasta la universidad y que exista una coherencia en los planes de estudio, para que el alumno obtenga cierto nivel y no sólo tenga en mente cubrir una simple asignatura. “Yo aquí incluiría que se están perdiendo muchas tradiciones, costumbres en nuestra cultura que es tan rica”, comenta.
El profesor ama lo que hace y su motivo principal para seguir es la energía que ve en la juventud, una fuerza que puede conducir a algo fructífero. Argumenta que la docencia es una profesión muy noble y se siente orgulloso de pertenecer a la UNAM, una institución tan representativa para el país en cualquier ámbito, tanto científico, como social y cultural.
Altamirano se anima cuando nota en sus alumnos la misma vocación, amor y gusto para el canto que él profesa. En este hecho, él encuentra una confirmación de que va por un buen camino como músico y le emociona la posibilidad de transmitir un poco de las tradiciones mexicanas por medio de un coro.
Hoy en día, el Coral de Coapa cuenta con más de 100 integrantes y, en 2018, celebrará los 30 años de su fundación. Por su coro han pasado varias generaciones, tomando en cuenta que los alumnos estudian máximo dos años en este plantel. Su último disco se grabó con la generación actual y será presentado formalmente en el auditorio principal de la preparatoria.
Finalmente, Altamirano tiene en mente publicar un libro de trabajo para el nivel bachillerato. No piensa dejar la docencia ni abandonar la formación de estudiantes pues desea seguir transmitiendo la educación musical a futuras generaciones.
Con una gran sonrisa, el profesor me agradece la entrevista. Es una persona sumamente paciente, se torna intolerante para el alumno que no ponga atención, pero es dedicado en todo lo relacionado con la música. Es un compositor que poco a poco va trazando su camino, creando lo que ama con pasión. Su decisión repentina de ser músico ha dado bastantes frutos.
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January 30, 2017, 4:01 pm
Por Gerardo Padilla
Ciudad de México (Aunam). En duelo correspondiente a la Jornada 4 de la Liga MX, Pumas y Necaxa se enfrentaron en el Estadio Olímpico Universitario. La victoria fue para el conjunto Auriazul por marcador de 3-1.
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En los primeros segundos del partido, los Rayos se fueron al frente en el marcador, con una gran anotación de Jesús Isijara, quien se perfiló de pierna izquierda y disparó de forma potente. El guardameta de los Pumas, Alejandro ‘Pikolín’ Palacios, no pudo hacer nada para evitar la caída de su arco.
Necaxa intentó mantener esa temprana ventaja parcial y dejó de generar peligro en el área contraria. Fue hasta el minuto 17 cuando Josecarlos Van Rankin se animó a disparar de larga distancia, pero el arquero visitante, Marcelo Barovero, mandó el esférico a tiro de esquina.
Los Universitarios enfrentaron una baja importante cuando “Pikolín” Palacios sufrió una lesión en la pantorrilla que lo obligó a dejar el encuentro al minuto 18. Su lugar lo tomó el canterano Alfredo Saldívar.
Al inicio del segundo tiempo, los del Pedregal consiguieron el gol del empate. El canterano Auriazul, Jesús Gallardo, desbordó por la banda izquierda y logró mandar un pase para Nicolás Castillo, quien no perdonó frente a la portería y mandó el balón a las redes.
La parte complementaria fue dominada por los locales, quienes llegaron constantemente al área rival, aunque no generaron mucho peligro; mientras que los visitantes jugaron a la defensiva, intentando mantener el empate.
Al minuto 69, los Universitarios consiguieron la anotación con la que consumaron la voltereta al marcador por medio de Pablo Barrera. En una jugada de pared con Josecarlos Van Rankin, el ‘Dinamita’ entró por el sector derecho y cruzó su disparo para vencer al portero de los Rayos.
En los últimos minutos del partido, el Necaxa buscó ir al frente en la búsqueda del gol del empate, lo que generó espacios que los Pumas aprovecharon para contraatacar.
Al minuto 85, Nicolás Castillo aprovechó un error de la defensa visitante y robó el balón; dio media vuelta y disparó de forma potente, pero el arquero Barovero logró mandar el esférico a tiro de esquina.
Tres minutos más tarde, el conjunto de Necaxa estuvo muy cerca de anotar el gol del empate. En una jugada a balón parado, la defensa de Pumas perdió la marca y el capitán de los Rayos, Marcos González, entró solo por el sector de la derecha y disparó, pero el esférico se fue apenas desviado de la portería.
Al minuto 89, los Pumas liquidaron el partido con una gran anotación del refuerzo chileno Bryan Rabello, quien a pase de Nicolás Castillo tomó el balón en las afueras del área y disparó a la esquina del arco; el balón se incrustó en las redes, dejando sin oportunidad a Barovero.
Con la victoria sobre Necaxa, los Pumas se colocaron en el segundo lugar de la tabla general con 9 puntos, sólo por detrás de Xolos de Tijuana que posee las mismas unidades pero tiene una mejor diferencia de goles.
Foto: Club Universidad Nacional A.C.
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February 6, 2017, 4:12 pm
Por Gerardo Padilla
Ciudad de México (Aunam). En un partido de la Jornada 5, los Pumas de la UNAM recibieron a los Tuzos del Pachuca en el Estadio Olímpico Universitario. El resultado final fue un empate a un gol. Los autores de las anotaciones fueron Darío Verón y Óscar Murillo.
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El partido comenzó con muchas emociones en el área de Pachuca, ya que el conjunto Auriazul tomó la iniciativa para ir al ataque. Apenas al minuto 2, Nicolás Castillo había tenido la oportunidad de tirar a portería, pero la defensa de los Tuzos logró desviar el balón.
Los minutos posteriores fueron de dominio alterno, con ambos equipos buscando la posesión del balón. Pero fue hasta el minuto 20, cuando el equipo visitante generó peligro. Hirving ‘Chucky’ Lozano desbordó por el sector izquierdo y disparó, pero el esférico llegó a las manos del guardameta auriazul, Alfredo Saldívar.
La anotación de los del Pedregal llegó al minuto 44. En un tiro de esquina, ejecutado por Javier Cortés, Darío Verón realizó un cabezazo potente y dirigido al lado inferior derecho del arquero, pero Alfonso Blanco se lanzó de forma espectacular y evitó que el balón pasara la línea de gol, pero el esférico quedó dentro del área chica, lo cual aprovechó el capitán universitario para empujarlo a las redes.
En el medio tiempo tuvo lugar uno de los momentos más emotivos de la tarde, debido a la presentación de la campaña “UNAM por México”, realizada por la máxima casa de estudios, en el cual se entonó el Himno Nacional frente y se desplegó la bandera mexicana en el terreno de juego; posteriormente, se convocó a un minuto de aplausos. Cabe destacar que el grupo de apoyo del equipo realizó un mosaico emulando el lábaro patrio.
En los primeros minutos de la parte complementaria, el conjunto de los Tuzos había conseguido el gol del empate, pero el árbitro central, Adonai Escobedo, lo anuló por una mano del delantero visitante, Franco Jara.
Al minuto 50, los Pumas tuvieron una oportunidad de aumentar su ventaja en el marcador. Javier Cortes encontró el espacio suficiente para disparar de larga distancia, pero el portero de Pachuca se quedó con el esférico.
Veinte minutos más tarde, los Tuzos tuvieron la oportunidad de igualar el marcador desde el manchón penal. El encargado de ejecutar la pena máxima fue Franco Jara, quien disparó al centro de la portería; el guardameta auriazul, Alfredo Saldívar, se lanzó a su lado derecho, pero con sus pies detuvo el balón y evitó la caída de su arco.
El conjunto visitante consiguió la anotación en los últimos minutos del partido, gracias a Óscar Murillo. En una jugada a balón parado, el colombiano logró anticiparse a su marcadory con un cabezazo certero mandó el balón a las redes.
El partido terminó con empate a un gol. Con este resultado, los Pumas se posicionan en el tercer lugar de la tabla general con 10 unidades, por detrás de Xolos y Toluca; mientras que los Tuzos están en la sexta posición con 8 puntos.
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February 8, 2017, 3:33 pm
De Monserrat Aceves
Ciudad de México (Aunam). A un costado del estadio de Ciudad Universitaria (CU) se encuentra el ex reposo de atletas, sede del boxeo de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Dentro, los múltiples aparatos para ejercitar todo el cuerpo se alinean entre sí, pero el ring de box, con el puma en el centro, inevitablemente llama la atención.
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La pared del fondo con letras azul marino confirma que se ha llegado al lugar indicado: “Asociación de Boxeo de la UNAM”. En el muro se lee el nombre del presidente y el de los entrenadores. El lugar es muy luminoso y el ambiente está lleno de las canciones de la estación Universal Stereo. Frente a varios espejos, seis costales negros de box cuelgan del techo y terminan por formar una fila que, por encima, tiene el escudo de la ABUNAM.
En la esquina, al lado de un pizarrón de madera donde se publican los requisitos para inscribirte en el gimnasio y practicar box, y cerca de un altar a la Virgen de Guadalupe, se observa una puerta blanca con varias publicaciones de Gaceta UNAM que enaltecen los resultados obtenidos por el equipo de box del lugar. Detrás de la entrada espera el profesor Reynaldo Antonio Solórzano González.
“Más de la mitad de mi vida la he dedicado al box, en un principio como aficionado, luego como deportista, posteriormente como entrenador auxiliar, entrenador en turno y hasta la fecha como presidente de la Asociación”, pronuncia Solórzano González desde su reducido lugar de trabajo.
Su oficina es pequeña: un escritorio está a un costado de la puerta y otro al frente. Hay un mueble con una pequeña televisión que encaja perfectamente con el tamaño del lugar y un DVD. El profesor ocupa la mesa que se encuentra frente a la puerta. Sobre ella reluce una placa con su nombre y el cargo que mantiene en la Universidad.
El box, un gusto familiar
Al ritmo de la salsa y la música tropical de la Sonora Santanera o la Sonora Maracaibo, el ex boxeador recuerda los inicios de una larga trayectoria que incluyó más de 300 peleas.
“Empecé a practicar box a los 18 años en el Centro Social y Deportivo José María Pino Suárez, en la colonia Jamaica. Mi mamá y mi hermano mayor, que tuvo que remplazar la figura paterna, siempre me apoyaron, así que mi agradecimiento es infinito para ellos”, narra con un semblante poco expresivo, pero con una mirada que atraviesa al interlocutor.
Con una voz grave y ronca, el profesor cuenta que su inquietud por practicar “el arte de pegar sin ser golpeado” surgió por las visitas que realizaba a su padrino David y a su esposa, seguidores del boxeo, en la delegación Iztacalco, zona de la que el profesor es oriundo.
“A ellos les gustaba gozar de esta disciplina cada sábado, por lo que al irlos a visitar presenciaba las peleas de Vicente Saldívar y José ‘Mantequilla’ Nápoles. De esa forma fue formándose mi interés por el box”, recuerda al tiempo que presume las arrugas de una frente con más de 60 años de recorrido.
El preseleccionado nacional para los juegos panamericanos de 1975 estudió la carrera de Derecho en CU; fue generación 77-81. Sin embargo, su pasión por el box lo llevó a convertirse en entrenador auxiliar del equipo de la Universidad, posteriormente entrenador y, finalmente, presidente de la ABUNAM, puesto que lleva desempeñando por más de 25 años.
“Concluí la carrera de Derecho y la ejercí un año, pero como no fue lo que esperaba opté por capacitarme en el área deportiva. Cursé un diplomado en el Centro de Educación Continua de Estudios Superiores del Deporte (CECESD) de la UNAM y, posteriormente, un diplomado en Alemania con especialidad en boxeo”, afirma Solórzano González.
La pared de la oficina de box es blanca y está salpicada de cuadros que muestran diversas fotos; destaca una en la que el ex boxeador posa, muy sonriente, con el anterior rector de la Universidad, José Narro Nobles, con el edificio de Rectoría como fondo. Solórzano González porta con orgullo el uniforme azul y oro, oficial de los equipos representativos de la institución.
Reconocimiento a la aportación del deporte universitario
El box universitario abrió sus puertas en 1977, a partir del Campeonato Universitario y el Campeonato Nacional estudiantil, los cuales ayudaron a consolidar el boxeo en diversas instituciones a lo largo de la República Mexicana.
El entrenador reconoce el esfuerzo del profesor José Rodea Fregoso como uno de los primeros entusiastas del pugilismo en CU. Sin embargo, “los forjadores del boxeo universitario en la máxima casa de estudios fueron el manager profesional Adolfo ‘El Negro’ Pérez y ‘Lobano’, quienes con el apoyo de las autoridades lanzaron la convocatoria para el Primer Campeonato Universitario de Boxeo Fidel Ortíz”.
Este campeonato sirvió para integrar la selección universitaria de pugilismo que representó a la UNAM en el Primer Campeonato Nacional de Boxeo Universitario en Durango, en donde se obtuvieron dos medallas de oro; una en peso pluma (57kg) por Juan Carlos Zaragoza y la otra en peso Walter (67 kg) por el ahora presidente de la ABUNAM.
“En esa época, el director de Actividades Físicas y Recreativas era Alejandro Cadaval Torres y el boxeo tuvo todo el apoyo de nuestra institución, por lo que hubo un gran fogueo del equipo de la Universidad y los resultados al final fueron excelentes. Tener medallas es equivalente a éxito, alegría, superioridad; éstas representan gloria para cualquier nación, país o institución”, recuerda.
En esos años, el profesor ya había estado concentrado en el Comité Olímpico Universitario y conquistado el título de campeón en varios eventos de carácter nacional, además de haber sido preseleccionado nacional para los juegos panamericanos de México y para los juegos olímpicos de Montreal, Canadá.
“A partir de ese momento, me integré de manera extraoficial como entrenador auxiliar. Y ya en 1978, desempeñaba el rol de boxeador y de entrenador. Con el paso del tiempo me consolidé como entrenador de base, entrenador principal y hasta la fecha seguimos colaborando ampliamente con el deporte universitario”, explica.
Solórzano González considera que su puesto actual dentro de la asociación es un reflejo de su constante trabajo y profunda dedicación al deporte de sus amores.
“Ser el presidente de la ABUNAM es básicamente un reconocimiento a la aportación que hemos hecho al boxeo universitario, al trabajo y a los éxitos que hemos obtenido. Estoy convencido que, a pesar de los malos dirigentes que ha tenido esta rama en la Universidad, son los atletas y los entrenadores quienes hacen al deporte, no los dirigentes”, afirma el profesor mientras su ancha nariz de boxeador se estremece.
Dos guantes de plata cuelgan de una cadena del mismo material alrededor de su cuello, mientras que en su muñeca presume un reloj grueso. Es día de entrenamiento y Antonio Solórzano porta su característica ropa deportiva: unos pants azul marino con algunos detalles en oro, como el escudo de la Universidad a la que representa con orgullo y dedicación.
“Mi compromiso como presidente de la ABUNAM es institucional, y dentro de ésta están comprendidos los alumnos. Mi interés primordial es que la UNAM siga manteniendo su prestigio como una de las mejores escuelas de América y el mundo y que nuestro granito de arena sirva para darle más brillo y solidez a nuestra casa en todos los ámbitos”, afirma.
El entrenador comenta que la difusión del box universitario ha ido creciendo. Prueba de ello es que este año se realizará la primera Universiada Nacional de Boxeo. Este evento demuestra que las autoridades prefieren enfocarse en apoyar al pugilismo y a la lucha ya que ambas disciplinas pueden traer más medallas al deporte universitario, sobre todo si se les compara con los resultados obtenidos por el basquetbol, voleibol y futbol soccer, por ejemplo.
Para el ex boxeador, un factor que también explica el aumento de la participación de jóvenes en el pugilismo universitario es la apertura hacia el género femenino. Hace 30 años el deporte sólo era para hombres, pero ahora cada vez son más las mujeres que practican esta disciplina, siendo la boxeadora Laura Serrano una de las pioneras en el pugilismo femenil.
Amor, pasión y decisión
Mientras el entrenador Solórzano continúa su narración, su espalda permanece custodiada por un dibujo del boxeador Julio César Chávez, un gran deportista que en su opinión “desgraciadamente también es humano y cometió errores en su carrera”. Por ello, el profesor considera que el pugilismo no sólo es un deporte, sino también puede convertirse en una filosofía de vida para quienes lo practican.
“El box universitario es un complemento en la formación de cada persona; en el caso de los alumnos, su prioridad es ser abogados, médicos, sociólogos, y para eso sus padres los apoyan, para que tengan un título y una profesión. Hay talento para ser boxeadores profesionales, pero no hay interés”, detalla.
Solórzano González recuerda que, al iniciarse en la disciplina, tenía la ilusión de convertirse en boxeador profesional, pero al ver todos los intereses económicos alrededor de ese medio prefirió alejarse y dedicarse al boxeo amateur, en el que se compite básicamente por símbolos: “compites por una causa noble, por una bandera, por un himno, por una medalla o por un trofeo; pero nunca por dinero”.
El entrenador alza el tono de su voz mientras señala con su dedo índice dos escudos del deporte de la Universidad que se encuentran pegados en una de las esquinas de su escritorio. Uno representa a la institución y el otro, el box. Para Solórzano González un verdadero pugilista necesita motivaciones, como amor, pasión y decisión.
“Para ser un gran boxeador, lo principal es que tengas afición, gusto y que seas disciplinado. Es necesario que definas tus metas. Un atleta de alto rendimiento debe entregarse en cuerpo y alma al deporte; si en algún momento el deporte se empata con la escuela debes tomar una decisión, siempre tomando en cuenta qué quieres y hasta dónde quieres llegar”, remarca.
Con una mirada firme y unos ojos bien abiertos y posados en el interlocutor, el ex boxeador menciona que la vida siempre te pondrá tentaciones, pero que si realmente haces lo que te apasiona no habrá sacrificios, sólo dedicación y gusto. En su caso, señala que eligió irse por el camino del box, decisión de la que no se arrepiente, pues testifica su amor y pasión profesados al deporte.
“Uno no conoce su destino hasta que se da”
El profesor Antonio Solórzano González conoció a su esposa por medio de su profesión como pugilista; narra que en una de las giras que realizó en Culiacán, Sinaloa, el hotel donde se hospedaron tenía enfrente una escuela de computación a donde iban “las chamacas a estudiar una carrera corta”.
“Las cosas suceden por algo, uno no conoce su destino hasta que se da y en ese año me tocó ir en seis ocasiones a esa ciudad”, expresa mientras varias fotos de su esposa relucen a su espalda. “Ya llevo casado 36 años, mi esposa es norteña y aceptó casarse conmigo y venirse a radicar a la Ciudad de México”.
“Tuve un gran apoyo de ella pues comprendió que mi profesión me exigía, en ocasiones, faltar una semana a la casa porque andaba en un campeonato. Entendió también que el medio año que estuve estudiando fuera del país era para beneficio de ella y de los niños”, explica.
El boxeo terminó por ser parte integral de la familia, pues actualmente, dos de sus hijos –Antonio y Alexis Solórzano– también son entrenadores de la ABUNAM. Solórzano González menciona que no fue su intención incluir a sus hijos en el box, pero que su trabajo en esta disciplina puede haber hecho surgir en ellos el interés por practicarlo y expresa, con alegría, que a pesar de que no tuvieron tanto éxito como boxeadores, lo han tenido como entrenadores.
Para el presidente de la ABUNAM, su trabajo en el ex reposo de atletas forma parte de un legado familiar, una herencia para generaciones futuras. Ejemplo de ello es el considerable número de alumnos que no ejercen la carrera que concluyeron en la UNAM y por el contario se dedican, profesionalmente, a ser entrenadores de boxeo.
“Transmití las ilusiones, la misión y los objetivos a mis hijos de manera natural y también intento comunicar ese sentimiento a los alumnos que hemos tenido aquí. Ellos han comprendido que, más allá de las cuestiones socioeconómicas, puedes ser auténtico y hacer lo que más les plazca; afortunadamente, eso ha sido el boxeo para ellos”, explica.
Conocer otros horizontes y diferentes formas de pensar
“Una de mis pasiones es el cine”, expresa con gran ímpetu el profesor Antonio Solórzano mientras la música tropical sigue su ritmo y el entrenamiento sigue afuera de su oficina. El conteo de los boxeadores y el golpeteo de los guantes alcanzan a oírse por encima de la melodía.
“Cuando éramos pequeños había un cine sobre Calzada de la Viga, a la altura de las pescaderías, se llamaba el cine Cuauhtémoc. En una gran pantalla se exhibían películas americanas de gran colorido, también cintas mexicanas y era muy económico el acceso. Creo que cobraban un peso y pasaban tres películas”, comenta.
Las idas al cine formaban parte de una dinámica familiar, pues su mamá solía llevarlo, junto con “todos los chiquillos”, a ver filmes llenos de escenarios increíbles que estaban en otros países. “Las películas despertaban en mí una gran admiración por sus paisajes hermosísimos de otros lugares; de ahí me nació el gusto por otros países”, recuerda.
El entrenador no se olvida del cariño que tuvo por las películas de los cómicos nacionales de esa época, como Cantinflas, Clavillazo, Tin Tán, Resortes; y de grandes películas como las de Jorge Negrete, Javier Solís y María Félix.
El ex boxeador evidencia que le gusta ver películas de todo tipo, pero se obliga a ver de forma crítica las cintas relacionadas con el box pues “hay cintas perjudiciales para nuestro deporte, por la información fantástica o equivocada que plasman en ellas”, resalta.
Aparte de su pasión por el cine, también se dedica a juntar algunos artículos o columnas que lee en periódicos o libros. Entre los investigadores que sigue se encuentran el doctor Héctor Castillo Berthier y la maestra Sara Sefchovich. Para Solórzano su gusto por la lectura radica en que leyendo puede enterarse de muchas cosas, diferentes formas de pensar.
“Al leer un artículo, sea de política, de la vida artística o de espectáculos, éste nos ilustra, orienta y complementa nuestra mente universitaria y nos permite tener una mejor visión de las cosas y comprender muchas situaciones de tipo social, económico, religioso, etcétera”, explica.
El ex boxeador se declara a favor de la pluralidad de ideas, ya que esa es la esencia de la Universidad, y afirma que muchas veces la gente tiende a discriminar lo que no conoce.
Una vida de box
El entrenamiento que se llevaba a cabo afuera de la oficina termina. La música tropical sigue su curso mientras varias personas comienzan a entrar al lugar por materiales y escuchan, al mismo tiempo, lo que el ex pugilista comenta sobre su relación con el box.
Para Solórzano, este deporte ha ocupado 30 años de su vida, tiempo en el que trabajado con gran orgullo y dedicación para el boxeo, pues la UNAM le ha brindado muchas oportunidades como estudiante y deportista. “La Universidad merece que se le retribuya; en este caso, con triunfos y medallas para la institución”, comenta.
Mientras suena una canción de la Sonora Santanera parecida a La Boa, el presidente de la ABUNAM expresa que el box lo es todo para él pues le dio la oportunidad de estudiar, de capacitarse mejor, de tener una familia y un empleo “y, primordialmente, que mis hijos y mis alumnos sean mejores seres humanos”, finaliza.
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